El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, conmemoró el último aniversario de la Guerra de Irak que le tocará afrontar como comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de su país con un discurso en el que, siguiendo lo previsto, resaltó los logros militares y políticos de la invasión y defendió la necesidad de su presencia en el país árabe con una advertencia: "Los progresos que hemos logrado son frágiles, pueden ser irreversibles".
En general, utilizó el miedo a un resurgimiento del terrorismo para contrarrestar las críticas a una acción militar, que, según denuncian los críticos —apoyados por las estadísticas y las impresiones sobre el terreno de los periodistas—, habría conseguido el efecto contrario de lo que se pretendía: mayor infiltración de organizaciones terroristas, mayor pobreza y violencia de todo tipo y la conversión de un Estado totalitario donde se violan los derechos humanos en un Estado fallido donde se siguen violando los derechos humanos. Eso sí, Sadam Husein fue depuesto y ahorcado tras una invasión justificada por su supuesta tenencia de Armas de Destrucción Masiva. Luego se supo que dicho arsenal fue fabricado con Armas de Propaganda Masiva.
Como corresponde a un político que ha basado su mandato en la legitimación de la guerra preventiva y la supeditación de las libertades civiles y el Derecho Internacional a los objetivos de seguridad y estratégicos, Bush enumeró una serie de logros que, a su juicio, justifican la prolongación de su misión en Irak.
Sin embargo, que nadie se engañe: por mucho que suenen las trompetas de la victoria (anunciada con antelación por el comandante en jefe), el 'Mission Accomplished' es, más bien, un 'work in progress', un proyecto a largo plazo, o más bien, de duración indeterminada.
Nada de retirada
Es decir, si alguien esperaba que el líder republicano se apoyaría en su balance optimista para anunciar que ha llegado el momento de pasar el testigo a un país supuestamente liberado, democratizado, pacificado y saneado, sus expectativas se han visto frustradas. O, en otras palabras: nadie con mando en plaza en la Administración Bush va a fijar una fecha para la retirada de las tropas o para convertir una coalición de países ocupantes en una misión de pacificación internacional de Naciones Unidas que conjugue seguridad con desarrollo.
¿Por qué? Pues porque "funciona", afirma George W. Bush. "Desde que comenzó el aumento de tropas, han disminuido la violencia, las muertes de civiles, los ataques contra las fuerzas estadounidenses...". Y como resultado, "algunas" de esas tropas están volviendo a casa. Por tanto, EEUU sí estaría efectuando un repliegue 'atomizado' de tropas de la 'coalición'. Sólo que no es una estrategia consensuada con el Congreso, la oposición, o los organismos internacionales. Nada, en fin, que pueda sugerir siquiera que este devastador conflicto pueda parecerse ni remotamente a Vietnam.
Bush hizo un esfuerzo nada despreciable en señalar que sus militares han conseguido que "masas de árabes" les ayuden a luchar contra Al Qaeda. Frente al '¿Por qué nos odian'? de antaño, que reflejaba el sentimiento de asombro e ignorancia (algunos dirían cinismo) de las tropas invasoras, el presidente se congratula de que ahora la población civil comience a hacer guiños de colaboración (voluntaria o forzosa) con sus soldados, a pesar de los escándalos de torturas y abusos que han sobrecogido a los iraquíes.
Nosotros o el caos
No todo fue autocomplacencia en el discurso de los cinco años. Que Bush —o sus asesores— lee también la prensa menos complaciente lo demuestra su reconocimiento de que "los críticos dicen que dicen que estamos perdiendo y que el costo ha sido demasiado alto". Sí, dice el presidente, claro que ha sido alto: "en términos financieros y de vidas". Por este orden. Pero somos nosotros o el caos, vino a decir Bush, que no ve claro que ese caos pueda ser ya una realidad para el pueblo iraquí.
La secuencia de los hechos sería la siguiente, advirtió Bush: si hay caos en Irak, el enemigo podría adueñarse del país, tener acceso a su petróleo, hacerse fuerte en la región, alimentar sus ambiciones de conseguir Armas de Destrucción Masiva y aumentar la probabilidad de que EEUU —y aquí viene la auténtica incursión en el trauma colectivo de los estadounidenses— sufra otro ataque como el del 11-S.
Por último, cabe destacar dos detalles significativos de la alocución del presidente; el primero, sobre las cifras que importan. "Casi 4.000 hombres y mujeres han perdido la vida en Irak", dijo. Se refería, claro está, al personal adscrito a las tropas de la coalición (mercenarios incluidos), no a los cientos de miles de hombres, mujeres, niños y ancianos iraquíes fallecidos a consecuencia del conflicto.
Ejemplo de democracia
El segundo atañe al papel de EEUU como potencia conciliadora y perseguidora de los totalitarismos. "Hemos ayudado al pueblo iraquí a establecer una democracia en el centro de Oriente Medio, lo que será un ejemplo para otros países", aseguró Bush. Parece un poco arriesgado proponer al Irak de 2007 como ejemplo de democracia, lo que debería llevar aparejado la fortaleza de las instituciones políticas, administrativas y financieras, un cierto grado de distribución de la renta o satisfacción de necesidades básicas y el desarrollo de la sociedad civil.
No ha sido posible, pues, ver un ejercicio serio de 'reality check' o verificación de las expectativas y objetivos de la invasión en el discurso de Bush. Pero, con unas elecciones presidenciales a la vsita, esa tarea le corresponderá a otra persona.
Fuente: Diario El Mundo de España
En general, utilizó el miedo a un resurgimiento del terrorismo para contrarrestar las críticas a una acción militar, que, según denuncian los críticos —apoyados por las estadísticas y las impresiones sobre el terreno de los periodistas—, habría conseguido el efecto contrario de lo que se pretendía: mayor infiltración de organizaciones terroristas, mayor pobreza y violencia de todo tipo y la conversión de un Estado totalitario donde se violan los derechos humanos en un Estado fallido donde se siguen violando los derechos humanos. Eso sí, Sadam Husein fue depuesto y ahorcado tras una invasión justificada por su supuesta tenencia de Armas de Destrucción Masiva. Luego se supo que dicho arsenal fue fabricado con Armas de Propaganda Masiva.
Como corresponde a un político que ha basado su mandato en la legitimación de la guerra preventiva y la supeditación de las libertades civiles y el Derecho Internacional a los objetivos de seguridad y estratégicos, Bush enumeró una serie de logros que, a su juicio, justifican la prolongación de su misión en Irak.
Sin embargo, que nadie se engañe: por mucho que suenen las trompetas de la victoria (anunciada con antelación por el comandante en jefe), el 'Mission Accomplished' es, más bien, un 'work in progress', un proyecto a largo plazo, o más bien, de duración indeterminada.
Nada de retirada
Es decir, si alguien esperaba que el líder republicano se apoyaría en su balance optimista para anunciar que ha llegado el momento de pasar el testigo a un país supuestamente liberado, democratizado, pacificado y saneado, sus expectativas se han visto frustradas. O, en otras palabras: nadie con mando en plaza en la Administración Bush va a fijar una fecha para la retirada de las tropas o para convertir una coalición de países ocupantes en una misión de pacificación internacional de Naciones Unidas que conjugue seguridad con desarrollo.
¿Por qué? Pues porque "funciona", afirma George W. Bush. "Desde que comenzó el aumento de tropas, han disminuido la violencia, las muertes de civiles, los ataques contra las fuerzas estadounidenses...". Y como resultado, "algunas" de esas tropas están volviendo a casa. Por tanto, EEUU sí estaría efectuando un repliegue 'atomizado' de tropas de la 'coalición'. Sólo que no es una estrategia consensuada con el Congreso, la oposición, o los organismos internacionales. Nada, en fin, que pueda sugerir siquiera que este devastador conflicto pueda parecerse ni remotamente a Vietnam.
Bush hizo un esfuerzo nada despreciable en señalar que sus militares han conseguido que "masas de árabes" les ayuden a luchar contra Al Qaeda. Frente al '¿Por qué nos odian'? de antaño, que reflejaba el sentimiento de asombro e ignorancia (algunos dirían cinismo) de las tropas invasoras, el presidente se congratula de que ahora la población civil comience a hacer guiños de colaboración (voluntaria o forzosa) con sus soldados, a pesar de los escándalos de torturas y abusos que han sobrecogido a los iraquíes.
Nosotros o el caos
No todo fue autocomplacencia en el discurso de los cinco años. Que Bush —o sus asesores— lee también la prensa menos complaciente lo demuestra su reconocimiento de que "los críticos dicen que dicen que estamos perdiendo y que el costo ha sido demasiado alto". Sí, dice el presidente, claro que ha sido alto: "en términos financieros y de vidas". Por este orden. Pero somos nosotros o el caos, vino a decir Bush, que no ve claro que ese caos pueda ser ya una realidad para el pueblo iraquí.
La secuencia de los hechos sería la siguiente, advirtió Bush: si hay caos en Irak, el enemigo podría adueñarse del país, tener acceso a su petróleo, hacerse fuerte en la región, alimentar sus ambiciones de conseguir Armas de Destrucción Masiva y aumentar la probabilidad de que EEUU —y aquí viene la auténtica incursión en el trauma colectivo de los estadounidenses— sufra otro ataque como el del 11-S.
Por último, cabe destacar dos detalles significativos de la alocución del presidente; el primero, sobre las cifras que importan. "Casi 4.000 hombres y mujeres han perdido la vida en Irak", dijo. Se refería, claro está, al personal adscrito a las tropas de la coalición (mercenarios incluidos), no a los cientos de miles de hombres, mujeres, niños y ancianos iraquíes fallecidos a consecuencia del conflicto.
Ejemplo de democracia
El segundo atañe al papel de EEUU como potencia conciliadora y perseguidora de los totalitarismos. "Hemos ayudado al pueblo iraquí a establecer una democracia en el centro de Oriente Medio, lo que será un ejemplo para otros países", aseguró Bush. Parece un poco arriesgado proponer al Irak de 2007 como ejemplo de democracia, lo que debería llevar aparejado la fortaleza de las instituciones políticas, administrativas y financieras, un cierto grado de distribución de la renta o satisfacción de necesidades básicas y el desarrollo de la sociedad civil.
No ha sido posible, pues, ver un ejercicio serio de 'reality check' o verificación de las expectativas y objetivos de la invasión en el discurso de Bush. Pero, con unas elecciones presidenciales a la vsita, esa tarea le corresponderá a otra persona.
Fuente: Diario El Mundo de España
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