La certificación del secretario general de la Interpol, Ronald Kenneth Noble, de que los archivos del computador de 'Raúl Reyes' no fueron manipulados por las autoridades colombianas -hecha ayer- seguramente echará leña al fuego en la V Cumbre de América Latina y el Caribe con la Unión Europea, que reúne hoy en Lima a 45 jefes de Estado de ambos continentes. Alrededor de la mesa estarán sentados los presidentes de Colombia, Ecuador y Venezuela, con sus agrias diferencias, y la canciller alemana, Ángela Merkel, quien ya marcó diferencia con este último.
Como lo han hecho ya en varias ocasiones, los gobiernos de Ecuador y Venezuela rechazaron ruidosamente la validez de los documentos del computador, según los cuales los dos presidentes habrían tenido nexos con las Farc. Pero esto no pondrá fin a las inquietudes surgidas desde cuando se empezó a revelar el contenido del computador, y la liebre podría saltar en cualquier momento en Lima, donde el protocolo enfrenta una tensa jornada, para evitar encuentros y declaraciones imprevistas.
La reunión ya venía caliente por los cruces verbales de los últimos días entre Chávez y la canciller Merkel. Chávez la comparó con Hitler por decir, en vísperas de su viaje, que él no era el vocero de América Latina y que el populismo de algunos países latinoamericanos "es un veneno para los inversionistas".
Sabiamente, Merkel optó por no responder, pero Chávez reiteró, antes de volar a Lima, que la gobernante europea había llegado "tirando piedra" y que, de encontrarse con ella, le volvería a protestar. Y volvió a tronar contra Uribe, amenazando con reclamar La Guajira si allí llegara a instalarse una base militar estadounidense.
Tensiones que podrían opacar los temas centrales de esta cumbre latino-europea. La agenda -elaborada hace dos años, tras la conferencia anterior en Viena- tiene como temas el combate de la pobreza, los efectos del cambio climático, el desarrollo sostenible y la energía. Se da por descontado que los jefes de Estado (la canciller Merkel, el presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, y la mayoría de los mandatarios de América Latina y el Caribe) suscribirán una declaración general y gaseosa. Difícil adoptar decisiones por consenso en donde las posiciones entre los 60 gobiernos involucrados son tan distintas.
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Como lo han hecho ya en varias ocasiones, los gobiernos de Ecuador y Venezuela rechazaron ruidosamente la validez de los documentos del computador, según los cuales los dos presidentes habrían tenido nexos con las Farc. Pero esto no pondrá fin a las inquietudes surgidas desde cuando se empezó a revelar el contenido del computador, y la liebre podría saltar en cualquier momento en Lima, donde el protocolo enfrenta una tensa jornada, para evitar encuentros y declaraciones imprevistas.
La reunión ya venía caliente por los cruces verbales de los últimos días entre Chávez y la canciller Merkel. Chávez la comparó con Hitler por decir, en vísperas de su viaje, que él no era el vocero de América Latina y que el populismo de algunos países latinoamericanos "es un veneno para los inversionistas".
Sabiamente, Merkel optó por no responder, pero Chávez reiteró, antes de volar a Lima, que la gobernante europea había llegado "tirando piedra" y que, de encontrarse con ella, le volvería a protestar. Y volvió a tronar contra Uribe, amenazando con reclamar La Guajira si allí llegara a instalarse una base militar estadounidense.
Tensiones que podrían opacar los temas centrales de esta cumbre latino-europea. La agenda -elaborada hace dos años, tras la conferencia anterior en Viena- tiene como temas el combate de la pobreza, los efectos del cambio climático, el desarrollo sostenible y la energía. Se da por descontado que los jefes de Estado (la canciller Merkel, el presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, y la mayoría de los mandatarios de América Latina y el Caribe) suscribirán una declaración general y gaseosa. Difícil adoptar decisiones por consenso en donde las posiciones entre los 60 gobiernos involucrados son tan distintas.
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