martes, julio 22, 2008

Cristina demora cambios en el gabinete

Cristina Kirchner se tomará los próximos días para "ordenar" la gestión después del duro revés en el Congreso en su proyecto por conseguir el aval para las polémicas retenciones móviles al agro. "Esto ha sido un mazazo en la cabeza", sostuvo un ministro del gabinete ante LA NACION para graficar la situación de debilidad en la que quedó el Gobierno tras la agónica madrugada del jueves en el Senado en la que el vicepresidente Julio Cobos votó en contra del proyecto de retenciones impulsado por la Casa Rosada.

Esta semana será para analizar el panorama de la derrota y retomar la gestión, que nunca logró despegar desde que la Presidenta asumió, en diciembre pasado, y quedó estancada durante los más de tres meses de conflicto con el campo.

Por el momento, Néstor y Cristina Kirchner se recluyeron con los pocos colaboradores de confianza que tienen en el poder para discutir los próximos pasos, según confió un funcionario, partícipe de esos diálogos íntimos. Todo el Gobierno está expectante a la espera de decisiones. "Está todo muy verde. Hay que esperar", pidió un alto funcionario.

Anteanoche, en la quinta de Olivos, la Presidenta se reunió con algunos de sus funcionarios. Hubo en esas conversaciones, con varias rondas de café de por medio, una única inquietud: cómo recuperar la gestión después del fracaso. La decisión es avanzar de a poco, según confiaron allegados a uno de los partícipes de ese cónclave.

Una de las posibilidades que se analizan es avanzar con los cambios en el gabinete, aunque sólo sería en las segundas líneas, y no entre los ministros. "La mayor resistencia la ponen los Kirchner", sostuvo uno de los funcionarios que fogonea las modificaciones.

En boca de ese ministro, la gran dificultad en la que radica la salida de la crisis por estas horas es justamente en la certeza de que los relevos, si llegan, serán con cuentagotas y los dejarán para más adelante. Los Kirchner no quieren mostrar gestos de debilidad.

Según confió ese funcionario a LA NACION, el gran problema es justamente que en momentos de crisis profundas, el matrimonio presidencial se recluye en sí mismo y no permite demasiados cambios. Prefieren, como lo han hecho en los últimos años, rodearse de sus colaboradores más estrechos, entre quienes están el jefe de Gabinete, Alberto Fernández; el secretario legal y técnico, Carlos Zannini, y el ministro de Planificación, Julio De Vido.

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