martes, enero 27, 2009

ARGENTINA: Salieron del país US$ 23.000 millones en 2008

La salida de capitales del país casi triplicó en 2008 el nivel que había registrado un año antes y fue 23% superior a la monumental fuga de US$ 18.700 millones registrada entre el segundo semestre de 2001 e igual lapso de 2002, una sangría que generó las condiciones para el corralito bancario y el fin de la convertibilidad. El dato fue confirmado por el balance cambiario del último trimestre de 2008, que avanzada la noche de ayer publicó en su sitio web (aunque no difundió a la prensa) el Banco Central (BCRA).

La entidad mostró un déficit de US$ 6649 millones en la cuenta de formación de activos externos entre octubre y diciembre del año pasado, una cifra 15% superior a la registrada en el trimestre previo y que, sumada a los saldos negativos de los tres trimestres previos, permitió concluir que durante 2008 la fuga de capitales alcanzó los US$ 23.096 millones.

El saldo de la misma cuenta en 2007 había sido negativo en US$ 8880 millones, básicamente por la salida de divisas que enfrentó el país en la segunda mitad de 2007, en consonancia con los primeros signos de la crisis global y los desequilibrios que comenzaba a acumular la economía argentina.

Esta perniciosa tendencia a restar divisas al circuito económico, que apareció en el segundo trimestre de 2007 (después de que el Gobierno decidiera intervenir el Instituto Nacional de Estadística y Censos, Indec), se profundizó en 2008 y alcanzó su mayor punto en el segundo trimestre de ese año, cuando dejaron el país US$ 8374 millones por la ola de desconfianza que se generó por la virulenta pelea entre el Gobierno y el campo. De allí en más, si bien la tendencia a fugar divisas del país se redujo levemente (salieron otros US$ 5800 millones en el tercer trimestre), la sangría no se detuvo, en consonancia con el agravamiento de la crisis mundial y las dificultades que comenzó a desnudar la economía local ante el fin de lo que se conoció como "el viento de cola", en alusión a la condiciones internacionales favorables que facilitaron el crecimiento del país, la región y el mundo en los últimos cinco años. En el cuarto trimestre de 2008 también influyó la estatización de las AFJP.

La buena noticia que dejan estos datos es que, pese a que la fuga de capitales fue en 2008 mayor que la registrada en 2001/2002, está a la vista que su efecto sobre la economía fue mucho menos dañino. Esta aparente paradoja se debió a que los altos precios internacionales que reinaron hasta agosto permitieron financiar la sangría financiera con los dólares que nutrieron la balanza comercial, por lo que la salida tuvo un costo marginal sobre las estratégicas reservas internacionales

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