"Soy de los que bebieron agua de fuentes solo para negros. Creía que mis nietos verían esto, pero nunca pensé que yo lo haría. Dios me lo ha permitido". Elizabeth Harrison, de 65 años, fue una de las miles de personas que el fin de semana siguieron a pie de vía la llegada en tren de Barack Obama a Washington con la convicción no solo de que estaban viendo historia, sino una historia que era impensable hace tan solo dos años. Cuando hoy Barack Husein Obama jure su cargo como presidente de EEUU, la comunidad negra del país habrá roto una barrera simbólica de la que el aún presidente electo es muy consciente. "Es un cambio radical, cambia cómo los niños negros se ven a sí mismos y cómo los blancos los ven", dijo Obama a The Washington Post en una entrevista publicada ayer.

El simbolismo del color de la piel de Obama, un asunto siempre presente en su camino hacia la Casa Blanca, se puso de manifiesto ayer al coincidir la víspera de su toma de posesión con la anual conmemoración de Martin Luther King. En un comunicado, Obama afirmó que hoy los estadounidenses "se unirán en el mismo National Mall donde el sueño del doctor King aún resuena". "Y mientras seguimos adelante con nuestra tarea de renovar la promesa de esta nación, recordemos la lección de King: nuestro sueños separados en realidad son uno", añadió.
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El simbolismo del color de la piel de Obama, un asunto siempre presente en su camino hacia la Casa Blanca, se puso de manifiesto ayer al coincidir la víspera de su toma de posesión con la anual conmemoración de Martin Luther King. En un comunicado, Obama afirmó que hoy los estadounidenses "se unirán en el mismo National Mall donde el sueño del doctor King aún resuena". "Y mientras seguimos adelante con nuestra tarea de renovar la promesa de esta nación, recordemos la lección de King: nuestro sueños separados en realidad son uno", añadió.
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