Así decía Burt Lancaster, en la personificación de un noble terrateniente, en Il Gatopardo, la película filmada en base a la obra literaria del mismo nombre, que refleja los cambios sociales en el sur de Italia en la segunda mitad del siglo XIX.
Se trata del principio conservador por el cual para evitar los grandes cambios es mejor promover algunos menores que vayan descomprimiendo la tensión.
Esto parece haber sucedido con la reciente reorganización del gabinete, caracterización que considero más apropiada que la de cambio.
En realidad, tras la fuerte derrota electoral sufrida por el oficialismo se han ido sólo dos de la decena de funcionarios que integran el Gabinete de Ministros: el Jefe de Gabinete (Massa) y el Ministro de Economía (Fernández). No eran los más cuestionados, ni los más conflictivos.
En general, se esperaba que una renovación del gabinete incluyera a figuras más criticadas, como el Ministro de Planificación e Infraestructura (De Vido) y el Secretario de Comercio (Moreno).
No fue así y ello implica que el matrimonio Kirchner ha decidido una vez más ratificar el rumbo, como lo anticiparon ambos una semana atrás, en respectivas conferencias de prensa.
Sucede a veces que el cambio se da por el nombre y el significado de los reemplazantes. Si un economista proveniente del radicalismo hubiera sido el nuevo Ministro de Economía y un dirigente caracterizado del peronismo disidente el reemplazo en la Jefatura de Gabinete, el efecto político hubiera sido diferente.
Pero quien sustituye a Sergio Massa es Aníbal Fernández, quien viene integrando el Gabinete nacional en forma continua desde 2002, cuando llegara a la Presidencia Eduardo Duhalde, y formando parte después de los gabinetes de Néstor Kirchner y su esposa, en cuyo gobierno era hasta ahora el Ministro de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos.
El autor, Rosendo Fraga es Director del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría, y publica este artículo que se puede seguir leyendo desde el diario La Nación de Buenos Aires
Se trata del principio conservador por el cual para evitar los grandes cambios es mejor promover algunos menores que vayan descomprimiendo la tensión.
Esto parece haber sucedido con la reciente reorganización del gabinete, caracterización que considero más apropiada que la de cambio.
En realidad, tras la fuerte derrota electoral sufrida por el oficialismo se han ido sólo dos de la decena de funcionarios que integran el Gabinete de Ministros: el Jefe de Gabinete (Massa) y el Ministro de Economía (Fernández). No eran los más cuestionados, ni los más conflictivos.
En general, se esperaba que una renovación del gabinete incluyera a figuras más criticadas, como el Ministro de Planificación e Infraestructura (De Vido) y el Secretario de Comercio (Moreno).
No fue así y ello implica que el matrimonio Kirchner ha decidido una vez más ratificar el rumbo, como lo anticiparon ambos una semana atrás, en respectivas conferencias de prensa.
Sucede a veces que el cambio se da por el nombre y el significado de los reemplazantes. Si un economista proveniente del radicalismo hubiera sido el nuevo Ministro de Economía y un dirigente caracterizado del peronismo disidente el reemplazo en la Jefatura de Gabinete, el efecto político hubiera sido diferente.
Pero quien sustituye a Sergio Massa es Aníbal Fernández, quien viene integrando el Gabinete nacional en forma continua desde 2002, cuando llegara a la Presidencia Eduardo Duhalde, y formando parte después de los gabinetes de Néstor Kirchner y su esposa, en cuyo gobierno era hasta ahora el Ministro de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos.
El autor, Rosendo Fraga es Director del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría, y publica este artículo que se puede seguir leyendo desde el diario La Nación de Buenos Aires


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