La Dirección Nacional de Inteligencia estaba al tanto del operativo. Pero el presidente se fue a la cumbre de APEC sin saber que había un espía arrestado, la noticia le cayó como una bomba.

Por lo menos desde agosto de este año, el director ejecutivo de la Dirección Nacional de Inteligencia (DINI), general PNP (r) Danilo Guevara, supo de la existencia de un espía dentro de la Fuerza Aérea del Perú (FAP), pues envió sendos oficios a entidades del Estado para que profundicen la investigación al suboficial FAP Víctor Ariza Mendoza y al parecer no informó oficialmente nada al Poder Ejecutivo.
En marzo pasado, el general de la policía Danilo Guevara fue nombrado en este puesto por el presidente Alan García en reemplazo del general EP Héctor Bertrán, con la finalidad de tener acceso inmediato sobre asuntos de seguridad externa e interna. Pero al parecer la información de inteligencia sobre el hallazgo de un espía que enviaba información clasificada a Chile, capturado preventivamente el 30 de octubre pasado, se perdió en el camino al Ejecutivo, porque el presidente García siguió con su política de impulsar el desarme en Sudamérica, como respuesta al incremento de fuego letal por parte de Chile. Y ni siquiera el premier Javier Velásquez, a quien por ley el director ejecutivo de la DINI tiene que informar oficialmente, estuvo al tanto de este operativo especial de contrainteligencia, porque sus declaraciones públicas fueron más de sorpresa que de confirmación de un hecho del cual debería estar informado.
Fuentes de inteligencia militar, del sector institucionalista, dijeron a LA PRIMERA que si el presidente Alan García hubiera estado debidamente informado que el 29 de agosto el Poder Judicial autorizó la detención preliminar de Ariza, sobre quien inteligencia de la FAP elaboró el informe 001-2009 con pormenores y detalles de indagaciones previas realizadas, no habría ido a su gira asiática tan confiado, y planear un encuentro en la cumbre APEC de Singapur con la presidenta chilena Michelle Bachelet.
El asunto es grave, si se tiene en cuenta que el presidente Alan García recién viajó el lunes 9 de noviembre; es decir que hubo 10 días, desde que el 30 de octubre fuera arrestado el espía, en los que pudo ser informado sobre el caso. ¿Qué pasó? Alguien tiene mucho qué explicar.
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Por lo menos desde agosto de este año, el director ejecutivo de la Dirección Nacional de Inteligencia (DINI), general PNP (r) Danilo Guevara, supo de la existencia de un espía dentro de la Fuerza Aérea del Perú (FAP), pues envió sendos oficios a entidades del Estado para que profundicen la investigación al suboficial FAP Víctor Ariza Mendoza y al parecer no informó oficialmente nada al Poder Ejecutivo.
En marzo pasado, el general de la policía Danilo Guevara fue nombrado en este puesto por el presidente Alan García en reemplazo del general EP Héctor Bertrán, con la finalidad de tener acceso inmediato sobre asuntos de seguridad externa e interna. Pero al parecer la información de inteligencia sobre el hallazgo de un espía que enviaba información clasificada a Chile, capturado preventivamente el 30 de octubre pasado, se perdió en el camino al Ejecutivo, porque el presidente García siguió con su política de impulsar el desarme en Sudamérica, como respuesta al incremento de fuego letal por parte de Chile. Y ni siquiera el premier Javier Velásquez, a quien por ley el director ejecutivo de la DINI tiene que informar oficialmente, estuvo al tanto de este operativo especial de contrainteligencia, porque sus declaraciones públicas fueron más de sorpresa que de confirmación de un hecho del cual debería estar informado.
Fuentes de inteligencia militar, del sector institucionalista, dijeron a LA PRIMERA que si el presidente Alan García hubiera estado debidamente informado que el 29 de agosto el Poder Judicial autorizó la detención preliminar de Ariza, sobre quien inteligencia de la FAP elaboró el informe 001-2009 con pormenores y detalles de indagaciones previas realizadas, no habría ido a su gira asiática tan confiado, y planear un encuentro en la cumbre APEC de Singapur con la presidenta chilena Michelle Bachelet.
El asunto es grave, si se tiene en cuenta que el presidente Alan García recién viajó el lunes 9 de noviembre; es decir que hubo 10 días, desde que el 30 de octubre fuera arrestado el espía, en los que pudo ser informado sobre el caso. ¿Qué pasó? Alguien tiene mucho qué explicar.
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