Residentes de la capital haitiana apilaban cadáveres el miércoles en las calles devastadas por el terremoto más fuerte en más de 200 años en la empobrecida nación caribeña, que derrumbó miles de edificios desde escuelas y viviendas precarias al Palacio Nacional y la sede del cuerpo de paz de la ONU.
Muchas personas seguían atrapadas entre escombros, pero la destrucción era tan grande que sólo se podía estimar que la cifra de muertos sería de miles de personas. El arzobispo católico de Puerto Príncipe estaba entre los fallecidos y también al parecer el jefe de la misión de Naciones Unidas.
"El Parlamento se derrumbó. La oficina de impuestos se derrumbó. Las escuelas se derrumbaron. Los hospitales se derrumbaron", le dijo el presidente René Preval al diario The Miami Herald.
"Hay muchas escuelas con mucha gente muerta adentro". La Cruz Roja estima que podría haber hasta tres millones de personas, un tercio de la población nacional, afectadas por el terremoto de magnitud 7 y que llevaría uno o dos días tener una idea clara de los daños sufridos, según el vocero Paul Conneally.
Naciones Unidas dijo que el aeropuerto de Puerto Príncipe estaba en condiciones de operar y que los vuelos con ayuda comenzarían a llegar al miércoles. Algunas réplicas continuaban sacudiendo la capital, donde viven dos millones de personas, mientras mujeres cubiertas de polvo se arrastraban entre llantos para salir de los escombros.
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Muchas personas seguían atrapadas entre escombros, pero la destrucción era tan grande que sólo se podía estimar que la cifra de muertos sería de miles de personas. El arzobispo católico de Puerto Príncipe estaba entre los fallecidos y también al parecer el jefe de la misión de Naciones Unidas.
"El Parlamento se derrumbó. La oficina de impuestos se derrumbó. Las escuelas se derrumbaron. Los hospitales se derrumbaron", le dijo el presidente René Preval al diario The Miami Herald.
"Hay muchas escuelas con mucha gente muerta adentro". La Cruz Roja estima que podría haber hasta tres millones de personas, un tercio de la población nacional, afectadas por el terremoto de magnitud 7 y que llevaría uno o dos días tener una idea clara de los daños sufridos, según el vocero Paul Conneally.
Naciones Unidas dijo que el aeropuerto de Puerto Príncipe estaba en condiciones de operar y que los vuelos con ayuda comenzarían a llegar al miércoles. Algunas réplicas continuaban sacudiendo la capital, donde viven dos millones de personas, mientras mujeres cubiertas de polvo se arrastraban entre llantos para salir de los escombros.
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