La canciller de Alemania, Angela Merkel, advirtió en un discurso ante el Bundestag (parlamento) que el euro está en peligro. "Cada uno de nosotros siente que la actual crisis del euro es el desafío más grande que Europa ha afrontado en décadas, desde la firma del Tratado de Roma", expresó.
"Este desafío es existencial y debemos estar a la altura", agregó. "El euro es la base del crecimiento y de la prosperidad, junto con el mercado común, también para Alemania. El euro está en peligro", manifestó la canciller. "Si no manejamos este peligro, las consecuencias para nosotros en Europa serán incalculables", concluyó.
Asimismo, la canciller defendió ante el Bundestag el plan de rescate aprobado por la Unión Europea de 750.000 millones de euros y aseguró que su gabinete sólo lo apoyó después de imponer un mayor rigor en la consolidación presupuestaria.
"El 9 de mayo no hubo un consenso inmediato a la hora de buscar soluciones a la crisis. Se discutieron cosas que no estábamos dispuestos a apoyar, existía el peligro de que la UE se convirtiera en una mera comunidad de transferencias", dijo Merkel.
La canciller subrayó que fue Alemania la que impuso un mayor esfuerzo de consolidación como uno de los componentes del paquete de rescate, que contempla créditos del bloque a países con problemas de liquidez. "A instancias mías, se incluyó la exigencia de acelerar la consolidación, algo que España y Portugal ya han anunciado. Ahora se trata de que las medidas se implementen con rapidez y se supervisen", subrayó.
Merkel recalcó que el elevado endeudamiento no es sólo un problema de algunos estados sino del conjunto de la UE, que en 2004 "cometió el error" de suavizar las reglas del Pacto de Estabilidad y Crecimiento Europeo, una reforma que se hizo en su momento a instancias de Alemania y Francia, en aquel entonces los principales incumplidores del pacto.
Por su parte, la canciller anunció que el ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, presentará pasado mañana a sus colegas europeos algunas de las propuestas elaboradas por el gobierno alemán para una estabilidad duradera del euro. Entre éstas, adelantó la necesidad de imponer sanciones más severas para los países que no logren reducir sus elevados déficit, como, por ejemplo, el recorte por un tiempo de las ayudas estructurales de la UE, la retirada del derecho a voto o reglas para posibilitar la insolvencia de un Estado.
Fuente: Diario La Nación de Buenos Aires
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