Estados Unidos entró en una grave crisis diplomática con Paquistán -el aliado estratégico del que, sin embargo, tanto desconfía- como derivación del operativo secreto mediante el que, hace una semana, comandos norteamericanos mataron a Osama ben Laden en suelo paquistaní.
"No pensamos pedir perdón" por haber actuado en suelo paquistaní, disparó ayer el vocero presidencial Jay Carney. Lo hizo como respuesta a las quejas de Islamabad por la invasión de su soberanía con un operativo secreto del que no le dio el menor aviso.
La máxima tensión quedó así establecida entre ambos países. Pero se agudizó aún más cuando medios paquistaníes filtraron la identidad del principal agente encubierto norteamericano en suelo paquistaní.
Washington sospecha que detrás de esa maniobra estuvieron los servicios de inteligencia del país asiático , en toda una "devolución de gentilezas" por el operativo.
Por debajo de todo, late la enorme desconfianza que hay en Estados Unidos por la posible "colaboración" en la estructura de poder de esa potencia nuclear para mantener oculto en su territorio al hombre más buscado del mundo. En realidad, semejante sospecha existe desde un primer momento, pero la Casa Blanca se abstuvo de hacerla explícita con el argumento de que no hay que conjeturar sobre algo tan serio y a la espera, en realidad, de algún paso de Islamabad.
En las últimas horas, sin embargo, eso pareció cambiar radicalmente, cuando fue el propio presidente Barack Obama el que se hizo eco de la sospecha que dinamitó la relación. "Creo que debe haber existido algún tipo de red de soporte para Ben Laden dentro de Paquistán", dijo Obama, anteanoche, en su primera entrevista desde el operativo, en la que admitió que ni siquiera le anticipó a su mujer, Michelle, sobre el inminente asalto.
Soltado el bombazo contra Paquistán, matizó con la idea de que no estaba claro hasta dónde llegaban las responsabilidades. "No sabemos qué tipo de red" le dio apoyo "ni quiénes la componían", dijo el mandatario. "No sabemos si puede estar involucrada cualquier persona del gobierno o de fuera del gobierno, y es esto lo que debemos investigar", añadió.
Semejante afirmación cayó como un baldazo en Islamabad. Presionado, el gobierno del primer ministro Yousuf Raza Gilani reaccionó con evidente malestar y, tras calificar de "absurdas" las acusaciones de complicidad y defender la "idoneidad" de sus fuerzas armadas, cargó contra la "responsabilidad" de Estados Unidos en lo ocurrido.
"Sí, hubo un fracaso de los servicios de inteligencia, pero no solamente del nuestro. Es el fracaso de todas las agencias de inteligencia del mundo", dijo Gilani ante el Parlamento. Y, en una clara alusión a Estados Unidos, lanzó: "¿Quién es responsable por el nacimiento de Al-Qaeda? ¿Quién es el responsable de que se haya transformado en mito la figura de Osama ben Laden?"
En un tono desafiante, Gilani también advirtió a Estados Unidos, que ha realizado numerosos ataques con aviones no tripulados contra objetivos extremistas dentro de Paquistán, que abandone ese tipo de acciones encubiertas porque "el unilateralismo corre el riesgo inherente de graves consecuencias''. Y añadió: "Paquistán se reserva el derecho de responder con plena fuerza".


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