La comunidad internacional intensifica los contactos para lograr un alto el fuego - El régimen plantea una retirada de Gadafi a cambio de su inmunidad. La diplomacia internacional se emplea a fondo para destrabar el conflicto libio, estancado en el terreno militar desde hace cuatro meses. La Unión Africana (UA), varios países europeos, Egipto, China, EE UU y Rusia participan en este esfuerzo sigiloso a varias bandas, que pretende poner fin a una guerra que ha dejado más de 10.000 muertos y que está desgastando a todas las partes implicadas. Los resultados, sin embargo, son muy inciertos. El maquiavelismo de Muamar el Gadafi y las discrepancias entre los dirigentes rebeldes han convertido las iniciativas en un complicado -y frustrante- juego de espejos.
Todo el proceso pivota actualmente alrededor de la Unión Africana, un interlocutor con el que el régimen libio (que aporta el 15% del presupuesto de ese organismo regional) se siente cómodo. El 30 de junio, la UA presentó una "hoja de ruta" que incluye un alto el fuego y una agenda para la transición a la democracia. El plan prevé además el despliegue de una fuerza de paz de la ONU.
Ni la UA ni nadie cuentan con Gadafi en el futuro de Libia. Pero los rebeldes exigen su salida y la de su círculo como requisito para dialogar, lo que bloquea cualquier avance. "Hemos pedido a la OTAN que convenza al Consejo Nacional de Transición [CNT, la autoridad interina rebelde] para que renuncie a ciertas condiciones previas que vuelven difícil, si no imposible, el inicio de un proceso negociador", ha declarado Jacob Zuma, presidente sudafricano y jefe de la misión de la UA.
Gadafi, insisten sus allegados, no se va. "Mi padre no es materia de negociación", declaraba recientemente al diario Le Monde Saif el Islam, hijo y mano derecha del dictador. "¿Cree que se puede encontrar una solución que no le implique? Imposible".
De un tiempo a esta parte, sin embargo, el régimen libio envía señales de que Gadafi estaría dispuesto a dejar el poder, tal y como le piden incluso viejos aliados como Rusia o China. Con condiciones, por supuesto. El diario saudí Asharq al Awsat, editado en Londres, citaba hace poco "fuentes de ambos bandos" para asegurar que Gadafi aceptaría retirarse si se le permite vivir en su ciudad natal de Sirte, con garantías para su seguridad.
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