No hay más salida que las elecciones. Y en febrero. De todas las opciones que se presentan en la mesa de la crisis política y económica que sacude Italia, el primer ministro italiano, Silvio Bersluconi, se decanta por la convocatoria de comicios en los primeros días de febrero. "Dimitiré", ha manifestado en una entrevista con el periódico La Stampa, "tan pronto como la ley [de presupuesto] sea aprobada". Berlusconi, en la charla que ha mantenido con el editor del rotativo italiano, ha señalado además que prevé "elecciones a inicios de febrero", dado que no ve "otra mayoría [parlamentaria] posible".
La presión de los mercados y el alza descontrolado de la prima de riesgo de la deuda, en torno a los 500 puntos, llevó ayer a Il Cavaliere a anunciar su dimisión una vez estén las cuentas de 2012 aprobadas con las reformas que exige la Unión Europea incluidas. Berlusconi así se lo hizo saber al presidente de la República, Giorgio Napolitano, en una visita tras la que ya comunicó, a través de una nota, que solo veía "la posibilidad de nuevas elecciones" debido a que "ahora mismo el parlamento está paralizado".
Durante su conversación con el periodista de La Stampa, Berlusconi ha descartado que vaya a postularse a la reelección como candidato del Pueblo de la Libertad y ha situado al frente de las opciones de la coalición de centro-derecha a su delfín, el ministro de Justicia, Angelino Alfano. El líder de la Liga Norte, Umberto Bossi, aliado en el Gobierno de Berlusconi, apostó también ayer por que este dejará paso tras su renuncia al titular de Justicia.
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