En la recta final de las elecciones del 20-N, cuando acaba de arrancar la campaña electoral, el PP saca varios cuerpos de distancia al PSOE y obtiene una holgada mayoría absoluta con una horquilla de entre 190-195 diputados en el Congreso, lo que suponen 74 escaños más que el PSOE, que obtiene entre 116 y 121 representantes.
El Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) ha hecho público esta mañana el macrosondeo de intención de voto (18.000 entrevistas realizadas el pasado octubre), en el que coloca al PP de Mariano Rajoy a 16,7 puntos de distancia del PSOE que encabeza Alfredo Pérez Rubalcaba. Eso supone que los populares habrían más que duplicado su ventaja respecto a los datos ofrecidos por el barómetro del CIS el pasado julio, el último que recogía intención de voto, cuando los populares aventajaban a sus adversarios socialistas en 7,1 puntos.
¿Qué ha ocurrido desde entonces? La situación económica no tiene visos de mejorar a corto plazo (con la crisis griega y el bloqueo político de la Unión Europea), el paro roza la histórica cifra de cinco millones de desempleados, el Gobierno de Zapatero se embarcó en pleno agosto en una reforma constitucional pactada con el PP y sin consultar a los ciudadanos y, por último, ETA ha anunciado oficialmente que renuncia a las armas. Solo la última debería ser una buena noticia para el aspirante Rubalcaba, pero ni siquiera ha servido para mejorar el resultado del PSOE en el macrosondeo.
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