Ha pasado sólo una semana desde cuando el primer ministro griego, Yorgos Papandreu, anunció "un nuevo día para Grecia y un nuevo día para Europa", después de negociaciones maratónicas en Bruselas para aliviar las cargas por la deuda de ese país.
Había entonces una palpable sensación de alivio cuando los líderes de la Unión Europea salieron de las negociaciones ya entrada la noche, ultimando el acuerdo que eliminaría la mitad de la deuda griega y daría otros US$140.000 millones (100.000 millones de euros) al país como parte de los nuevos fondos de rescate.
Pero ahora, en un solo golpe, ese alivio se ha convertido en pánico, todo el acuerdo está amenazado y los mercados mundiales han caído estrepitosamente.
La causa: el asombroso anuncio de Papandreu de que se realizará un referendo público para decidir si Grecia debería aceptar este acuerdo reciente.
Él lo llamó "un acto supremo de patriotismo y democracia", pero muchos otros lo consideran, tanto en Grecia como en otros lugares, más bien como un juicio supremamente equivocado.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario