Depresión. Es una palabra que vuelve a sonar en los ámbitos económicos tras el anuncio del primer ministro griego, Yorgos Papandréu, de que convocará un referéndum en el país sobre los planes de rescate. Si el plebiscito pregunta por la permanencia en el euro, cómo ha sugerido el ministro de Finanzas griego, y, cómo indican las encuestas, los ciudadanos deciden que no quieren continuar en la moneda única, la economía mundial entraría de nuevo en una gran recesión.
El colapso de la economía global podría ser mayor que el que se produjo tras el golpe de Lehman Brothers. ¿Y España? Partiría, de la mano de Italia, del peor punto de partida posible.
Diferentes escenarios
Según los expertos consultados por este periódico, si los peores augurios sobre la economía helena se convirtieran en realidad, la crisis sería mayor que la registrada en 2008 y en 2009, un periodo en el que el Producto Interior Bruto (PIB) llegó a caer en un trimestre más de un 4% en términos interanuales y en el que, en sólo tres meses, se llegaron a sumar a las listas del desempleo más de 600.000 personas.
El problema es que entonces España se enfrentaba a la situación con las finanzas públicas saneadas y, ahora, el riesgo país español roza los 380 puntos básicos, un nivel de alarma que no se ha conseguido evitar ni con las compras de deuda periférica del BCE.
Elvira Rodríguez, exministra del Gobierno de José María Aznar y ex secretaria de Estado de Presupuestos, opina que a “España no le beneficia nada que vuelvan las turbulencias a los mercados”. “Nos va a afectar a nosotros más que a otros países”, asevera. Destaca que el golpe a la banca española de la última Cumbre europea contribuirá a que los inversores sigan viendo a España, si el referéndum se realizara, en el grupo de las economías más problemáticas de la eurozona.
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