Las elecciones primarias en Estados Unidos son un proceso en el que los aspirantes a la candidatura presidencial de cualquiera de los principales partidos tienen que apelar a los grupos más periféricos para ganar la nominación.
Durante ese proceso electoral los demócratas tienden a ser más liberales y los republicanos más conservadores de lo que generalmente son. La idea es que, al surgir el candidato para representar el partido en en cuestión en las elecciones presidenciales este se mueva un poco hacia el centro pues es el voto centrista el que, en la política estadounidense, determina el ganador.
El problema para los precandidatos republicanos, en esta ocasión, es que se han adoptado posiciones tan derechistas para atraer a la minoría más conservadora del partido que, en opinión de varios analistas, al que salga nominado le va a quedar muy difícil retractarse de las declaraciones más extremistas en la elección general.
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