"Complica las perspectivas de crecimiento de las economías emergentes", dijo la presidenta brasileña. Su país acusa a EE.UU. de propiciar una guerra de divisas al mantener un dólar débil para aumentar sus exportaciones y así apuntalar su débil crecimiento económico interno.
La mandataria brasileña Dilma Rousseff se quejó de que la política monetaria estadounidense complica el crecimiento de las economías emergentes, al visitar hoy al presidente Barack Obama en la Casa Blanca.
Rousseff dijo a periodistas que en su encuentro con Obama le expresó su preocupación sobre las políticas monetarias expansionistas porque "en definitiva provocan una depreciación en el valor de las divisas de los países desarrollados, lo que complica las perspectivas de crecimiento de las economías emergentes", agregó.
Brasil ha acusado anteriormente a Estados Unidos de propiciar una guerra de divisas al mantener tasas de interés muy bajas y un dólar débil con el objeto de aumentar sus exportaciones y así apuntalar su débil crecimiento económico interno, lo cual ha provocado un intenso flujo de divisas a Brasil y otras economías emergentes, con sus consecuentes presiones inflacionarias y revaluación del real.
Brasil y otras economías emergentes han crecido en los últimos años, mientras que Estados Unidos y la zona euro han padecido crecimiento escaso, alto desempleo y endeudamiento.
Rousseff halagó el papel desempeñado recientemente por el Banco Central Europeo por prevenir una crisis de liquidez de "proporciones sustanciales, que afectaría negativamente a todas las naciones".
Al hablar a periodistas antes que Rousseff, Obama no hizo mención a la política monetaria. Dijo en cambio que "nuestro comercio está alcanzando niveles récord" al referirse a los 74.000 millones de dólares facturados por ambos países en 2011.
Los dos jefes de estado se comprometieron a agilizar la emisión de visas para turistas y viajeros de negocios de sus respectivos ciudadanos, con la meta de incluir a Brasil en la lista de países cuyos ciudadanos no requieren visas para visitas a Estados Unidos de hasta 90 días de duración, y crear en Brasil un proceso de corta duración para emitir visas a profesionales.
La secretaria de Estado Hillary Clinton anunció que abrirá próximamente dos consulados en Belo Horizonte y Porto Alegre para "satisfacer la demanda en países donde han sobrepasado nuestra capacidad. Hemos progresado".
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