Las bolsas de Milán y Madrid fueron ayer las
mejores de Europa, con subas de 1,47% y 1,22%, mientras que la de Atenas
voló un 10%. Un panorama casi de ensueño que pareció flor de un día
porque el panorama es cada vez sombrío en esta Europa de la
crisis. En España, el acoso de los mercados llevó al fisco al borde de
un nuevo precipicio, después de que las tasas de interés a diez años
arañaron el 7% y el diferencial de riesgo país tocó los 552 puntos.
El
ministro de Economía, Luis de Guindo, envió un “mensaje de calma:
tenemos el apoyo de nuestros socios europeos”. Aunque enseguida
reconoció que las tensiones en los mercados están en un nivel “que no es
sostenible”.
Al cierre de la jornada, los bonos se replegaron un
poco, a una tasa de interés del 6,87% y a un riesgo país de 538 puntos.
Pero los temores siguen creciendo aunque en principio los gobiernos
echan las culpas a las turbulencias que en los mercados producen las
elecciones griegas del domingo, preñadas de sombrías inceertidumbres.
Las otras bolsas: Londres cayó un 0,31%; Frankfurt, el 0,23%; y París
ganó poco pero quedó con un alza del 0,08%.
En la trinchera infernal de los mercados, el Tesoro italiano tuvo que afrontar una jornada difícil.
Colocó 3.000 millones de euros a tres años a una tasa récord del 5,3%,
cuando en mayo el nivel fue de 3,91%. Es la más alta desde diciembre
Por 627 millones con vencimiento 2019 pagó el 6,1% y 873 millones con
plazo 2020 costarán 6,13% anual.
A Roma llegó hoy el presidente
francés, François Hollande, para juntarse con el premier italiano Mario
Monti. Ambos quieren crear un eje en favor de las medidas de crecimiento
–que son aún una promesa– para presionar a la canciller alemana, Angela
Merkel. Hollande y Monti proclamaron juntos “nuestro deseo de que
Atenas siga en el euro y respete sus compromisos”.
Después de España, Italia es el país más amenazado
por los ataques de la especulación internacional. “Hay que actuar para
reforzar los puntos frágiles del sistema”, dijo Monti. Para el viernes
22 está prevista una minicumbre en Roma con Hollande, Monti, Merkel y el
primer ministro español Mariano Rajoy. Todos quieren convencer a Merkel
de la necesidad de “mutualizar” la crisis con la decisión de
emitir eurobonos, obligaciones de las que los 17 países de la Eurozona,
que utiliza el euro como moneda, se harían garantes. Pero Alemania, se
niega a correr ese riesgo y la situación se empantana. “No hay prisa”,
dice Frau Merkel. “Hay que seguir aplicando las medidas de rigor y hacer
aperturas a la expansión”.
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