Finalmente, luego de dos años desde que se destapó el escándalo de los Wikileaks, el Ecuador
concedió el asilo político a Julián Assange. Con la rueda de prensa de
ayer, el canciller Ricardo Patiño cerró varias semanas de interrogantes.
Su decisión era predecible, por las innumerables declaraciones de
simpatía y apoyo que el Gobierno ecuatoriano había dado al fundador de
Wikileaks.
La primera fue en diciembre del 2010, cuando el entonces vicecanciller
Kintto Lucas aseguró que el Ecuador extendería una invitación formal
para que Assange visitara el país.
A partir este año, el Gobierno fortaleció los lazos con Assange.
El ‘hacker’ aseguró que es inocente y que las acusaciones eran una
estrategia del Gobierno estadounidense para extraditarlo y juzgarlo por
difundir información clasificada.
Este fue el argumento que Assange suscribió en su pedido de asilo
político a Ecuador, en junio pasado, y que ahora pone a Quito en una
situación complicada con el Reino Unido, Suecia y EE.UU.
El enfrentamiento entre Assange y Estados Unidos empezó en abril del
2010, cuando Wikileaks difundió un video de 39 minutos en el que se veía
cómo dos reporteros de la agencia Reuters morían bajo disparos de un
helicóptero estadounidense en Iraq.
En noviembre de ese año, Wikileaks filtró más de 250 000 documentos
confidenciales, en los que se revelaban secretos de la política exterior
estadounidense.
Unos cables diplomáticos sobre Ecuador provocaron la expulsión de la ex
embajadora de ese país en Quito, Heather Hodges. Recién en mayo de este
año las relaciones se normalizaron entre los países, con la llegada del
nuevo embajador de EE.UU., Adam Namm.
A pesar de ello, el canciller Ricardo Patiño aseguró ayer que si Assange
fuese extraditado a EE.UU., “no tendría un juicio justo (...) y no es
inverosímil que se le aplique un trato cruel y degradante”. Pero la
portavoz de la diplomacia norteamericana, Victoria Nuland, negó que
EE.UU. haya ejercido presión sobre Londres para que extraditara a
Assange a Suecia y aclaró que su país no ha requerido al australiano.
Aunque admitió que hay una investigación sobre el caso Wikileaks.
Asimismo, Patiño acusó a Suecia de no haber garantizado el debido
proceso en la investigación contra el periodista. “La Fiscalía sueca ha
tenido una actitud contradictoria que impidió al señor Assange el total
ejercicio del legítimo derecho a la defensa”.
Ayer, el ministro de Exteriores sueco, Carl Bildt, rechazó
contundentemente estas acusaciones. “Nuestro sólido sistema jurídico y
constitucional garantiza los derechos de todos. Rechazamos con firmeza
cualquier acusación que sugiera lo contrario”, declaró.
Ahora, la atención se centra en lo que hará el Reino Unido, para cumplir
con esa extradición.
Fuente: DIARIO EL COMERCIO DE QUITO
Finalmente, luego de
dos años desde que se destapó el escándalo de los Wikileaks, el Ecuador
concedió el asilo político a Julián Assange. Con la rueda de prensa de
ayer, el canciller Ricardo Patiño cerró varias semanas de interrogantes.
Su decisión era predecible, por las innumerables declaraciones de
simpatía y apoyo que el Gobierno ecuatoriano había dado al fundador de
Wikileaks.
La primera fue en diciembre del 2010, cuando el entonces vicecanciller
Kintto Lucas aseguró que el Ecuador extendería una invitación formal
para que Assange visitara el país.
A partir este año, el Gobierno fortaleció los lazos con Assange. En
abril pasado, el presidente Rafael Correa dio una entrevista a Assange,
que fue transmitida por la cadena Rusia Today.
Semanas después, el periodista australiano se refugió en la Embajada de
Ecuador en Londres y pidió el asilo político al Gobierno, violando el
arresto domiciliario que pesaba sobre él, dispuesto por la Justicia
inglesa.
El Reino Unido había resuelto la extradición de Assange a Suecia como
parte de una investigación por dos supuestos delitos sexuales, ocurridos
en Estocolmo a inicios del 2010.
El ‘hacker’ aseguró que es inocente y que las acusaciones eran una
estrategia del Gobierno estadounidense para extraditarlo y juzgarlo por
difundir información clasificada.
Este fue el argumento que Assange suscribió en su pedido de asilo
político a Ecuador, en junio pasado, y que ahora pone a Quito en una
situación complicada con el Reino Unido, Suecia y EE.UU.
El enfrentamiento entre Assange y Estados Unidos empezó en abril del
2010, cuando Wikileaks difundió un video de 39 minutos en el que se veía
cómo dos reporteros de la agencia Reuters morían bajo disparos de un
helicóptero estadounidense en Iraq.
En noviembre de ese año, Wikileaks filtró más de 250 000 documentos
confidenciales, en los que se revelaban secretos de la política exterior
estadounidense.
Unos cables diplomáticos sobre Ecuador provocaron la expulsión de la ex
embajadora de ese país en Quito, Heather Hodges. Recién en mayo de este
año las relaciones se normalizaron entre los países, con la llegada del
nuevo embajador de EE.UU., Adam Namm.
A pesar de ello, el canciller Ricardo Patiño aseguró ayer que si Assange
fuese extraditado a EE.UU., “no tendría un juicio justo (...) y no es
inverosímil que se le aplique un trato cruel y degradante”. Pero la
portavoz de la diplomacia norteamericana, Victoria Nuland, negó que
EE.UU. haya ejercido presión sobre Londres para que extraditara a
Assange a Suecia y aclaró que su país no ha requerido al australiano.
Aunque admitió que hay una investigación sobre el caso Wikileaks.
Asimismo, Patiño acusó a Suecia de no haber garantizado el debido
proceso en la investigación contra el periodista. “La Fiscalía sueca ha
tenido una actitud contradictoria que impidió al señor Assange el total
ejercicio del legítimo derecho a la defensa”.
Ayer, el ministro de Exteriores sueco, Carl Bildt, rechazó
contundentemente estas acusaciones. “Nuestro sólido sistema jurídico y
constitucional garantiza los derechos de todos. Rechazamos con firmeza
cualquier acusación que sugiera lo contrario”, declaró.
Ahora, la atención se centra en lo que hará el Reino Unido, para cumplir
con esa extradición.
Este contenido ha sido publicado originalmente por Diario EL COMERCIO en la siguiente dirección: http://www.elcomercio.com/politica/Ecuador-abrio-frente-paises_0_756524537.html. Si está pensando en hacer uso del mismo, por favor, cite la fuente y haga un enlace hacia la nota original de donde usted ha tomado este contenido. ElComercio.com
Este contenido ha sido publicado originalmente por Diario EL COMERCIO en la siguiente dirección: http://www.elcomercio.com/politica/Ecuador-abrio-frente-paises_0_756524537.html. Si está pensando en hacer uso del mismo, por favor, cite la fuente y haga un enlace hacia la nota original de donde usted ha tomado este contenido. ElComercio.com
Finalmente, luego de
dos años desde que se destapó el escándalo de los Wikileaks, el Ecuador
concedió el asilo político a Julián Assange. Con la rueda de prensa de
ayer, el canciller Ricardo Patiño cerró varias semanas de interrogantes.
Su decisión era predecible, por las innumerables declaraciones de
simpatía y apoyo que el Gobierno ecuatoriano había dado al fundador de
Wikileaks.
La primera fue en diciembre del 2010, cuando el entonces vicecanciller
Kintto Lucas aseguró que el Ecuador extendería una invitación formal
para que Assange visitara el país.
A partir este año, el Gobierno fortaleció los lazos con Assange. En
abril pasado, el presidente Rafael Correa dio una entrevista a Assange,
que fue transmitida por la cadena Rusia Today.
Semanas después, el periodista australiano se refugió en la Embajada de
Ecuador en Londres y pidió el asilo político al Gobierno, violando el
arresto domiciliario que pesaba sobre él, dispuesto por la Justicia
inglesa.
El Reino Unido había resuelto la extradición de Assange a Suecia como
parte de una investigación por dos supuestos delitos sexuales, ocurridos
en Estocolmo a inicios del 2010.
El ‘hacker’ aseguró que es inocente y que las acusaciones eran una
estrategia del Gobierno estadounidense para extraditarlo y juzgarlo por
difundir información clasificada.
Este fue el argumento que Assange suscribió en su pedido de asilo
político a Ecuador, en junio pasado, y que ahora pone a Quito en una
situación complicada con el Reino Unido, Suecia y EE.UU.
El enfrentamiento entre Assange y Estados Unidos empezó en abril del
2010, cuando Wikileaks difundió un video de 39 minutos en el que se veía
cómo dos reporteros de la agencia Reuters morían bajo disparos de un
helicóptero estadounidense en Iraq.
En noviembre de ese año, Wikileaks filtró más de 250 000 documentos
confidenciales, en los que se revelaban secretos de la política exterior
estadounidense.
Unos cables diplomáticos sobre Ecuador provocaron la expulsión de la ex
embajadora de ese país en Quito, Heather Hodges. Recién en mayo de este
año las relaciones se normalizaron entre los países, con la llegada del
nuevo embajador de EE.UU., Adam Namm.
A pesar de ello, el canciller Ricardo Patiño aseguró ayer que si Assange
fuese extraditado a EE.UU., “no tendría un juicio justo (...) y no es
inverosímil que se le aplique un trato cruel y degradante”. Pero la
portavoz de la diplomacia norteamericana, Victoria Nuland, negó que
EE.UU. haya ejercido presión sobre Londres para que extraditara a
Assange a Suecia y aclaró que su país no ha requerido al australiano.
Aunque admitió que hay una investigación sobre el caso Wikileaks.
Asimismo, Patiño acusó a Suecia de no haber garantizado el debido
proceso en la investigación contra el periodista. “La Fiscalía sueca ha
tenido una actitud contradictoria que impidió al señor Assange el total
ejercicio del legítimo derecho a la defensa”.
Ayer, el ministro de Exteriores sueco, Carl Bildt, rechazó
contundentemente estas acusaciones. “Nuestro sólido sistema jurídico y
constitucional garantiza los derechos de todos. Rechazamos con firmeza
cualquier acusación que sugiera lo contrario”, declaró.
Ahora, la atención se centra en lo que hará el Reino Unido, para cumplir
con esa extradición.
Este contenido ha sido publicado originalmente por Diario EL COMERCIO en la siguiente dirección: http://www.elcomercio.com/politica/Ecuador-abrio-frente-paises_0_756524537.html. Si está pensando en hacer uso del mismo, por favor, cite la fuente y haga un enlace hacia la nota original de donde usted ha tomado este contenido. ElComercio.com
Este contenido ha sido publicado originalmente por Diario EL COMERCIO en la siguiente dirección: http://www.elcomercio.com/politica/Ecuador-abrio-frente-paises_0_756524537.html. Si está pensando en hacer uso del mismo, por favor, cite la fuente y haga un enlace hacia la nota original de donde usted ha tomado este contenido. ElComercio.com
Finalmente, luego de
dos años desde que se destapó el escándalo de los Wikileaks, el Ecuador
concedió el asilo político a Julián Assange. Con la rueda de prensa de
ayer, el canciller Ricardo Patiño cerró varias semanas de interrogantes.
Su decisión era predecible, por las innumerables declaraciones de
simpatía y apoyo que el Gobierno ecuatoriano había dado al fundador de
Wikileaks.
La primera fue en diciembre del 2010, cuando el entonces vicecanciller
Kintto Lucas aseguró que el Ecuador extendería una invitación formal
para que Assange visitara el país.
A partir este año, el Gobierno fortaleció los lazos con Assange. En
abril pasado, el presidente Rafael Correa dio una entrevista a Assange,
que fue transmitida por la cadena Rusia Today.
Semanas después, el periodista australiano se refugió en la Embajada de
Ecuador en Londres y pidió el asilo político al Gobierno, violando el
arresto domiciliario que pesaba sobre él, dispuesto por la Justicia
inglesa.
El Reino Unido había resuelto la extradición de Assange a Suecia como
parte de una investigación por dos supuestos delitos sexuales, ocurridos
en Estocolmo a inicios del 2010.
El ‘hacker’ aseguró que es inocente y que las acusaciones eran una
estrategia del Gobierno estadounidense para extraditarlo y juzgarlo por
difundir información clasificada.
Este fue el argumento que Assange suscribió en su pedido de asilo
político a Ecuador, en junio pasado, y que ahora pone a Quito en una
situación complicada con el Reino Unido, Suecia y EE.UU.
El enfrentamiento entre Assange y Estados Unidos empezó en abril del
2010, cuando Wikileaks difundió un video de 39 minutos en el que se veía
cómo dos reporteros de la agencia Reuters morían bajo disparos de un
helicóptero estadounidense en Iraq.
En noviembre de ese año, Wikileaks filtró más de 250 000 documentos
confidenciales, en los que se revelaban secretos de la política exterior
estadounidense.
Unos cables diplomáticos sobre Ecuador provocaron la expulsión de la ex
embajadora de ese país en Quito, Heather Hodges. Recién en mayo de este
año las relaciones se normalizaron entre los países, con la llegada del
nuevo embajador de EE.UU., Adam Namm.
A pesar de ello, el canciller Ricardo Patiño aseguró ayer que si Assange
fuese extraditado a EE.UU., “no tendría un juicio justo (...) y no es
inverosímil que se le aplique un trato cruel y degradante”. Pero la
portavoz de la diplomacia norteamericana, Victoria Nuland, negó que
EE.UU. haya ejercido presión sobre Londres para que extraditara a
Assange a Suecia y aclaró que su país no ha requerido al australiano.
Aunque admitió que hay una investigación sobre el caso Wikileaks.
Asimismo, Patiño acusó a Suecia de no haber garantizado el debido
proceso en la investigación contra el periodista. “La Fiscalía sueca ha
tenido una actitud contradictoria que impidió al señor Assange el total
ejercicio del legítimo derecho a la defensa”.
Ayer, el ministro de Exteriores sueco, Carl Bildt, rechazó
contundentemente estas acusaciones. “Nuestro sólido sistema jurídico y
constitucional garantiza los derechos de todos. Rechazamos con firmeza
cualquier acusación que sugiera lo contrario”, declaró.
Ahora, la atención se centra en lo que hará el Reino Unido, para cumplir
con esa extradición.
Este contenido ha sido publicado originalmente por Diario EL COMERCIO en la siguiente dirección: http://www.elcomercio.com/politica/Ecuador-abrio-frente-paises_0_756524537.html. Si está pensando en hacer uso del mismo, por favor, cite la fuente y haga un enlace hacia la nota original de donde usted ha tomado este contenido. ElComercio.com
Este contenido ha sido publicado originalmente por Diario EL COMERCIO en la siguiente dirección: http://www.elcomercio.com/politica/Ecuador-abrio-frente-paises_0_756524537.html. Si está pensando en hacer uso del mismo, por favor, cite la fuente y haga un enlace hacia la nota original de donde usted ha tomado este contenido. ElComercio.com
Finalmente, luego de
dos años desde que se destapó el escándalo de los Wikileaks, el Ecuador
concedió el asilo político a Julián Assange. Con la rueda de prensa de
ayer, el canciller Ricardo Patiño cerró varias semanas de interrogantes.
Su decisión era predecible, por las innumerables declaraciones de
simpatía y apoyo que el Gobierno ecuatoriano había dado al fundador de
Wikileaks.
La primera fue en diciembre del 2010, cuando el entonces vicecanciller
Kintto Lucas aseguró que el Ecuador extendería una invitación formal
para que Assange visitara el país.
A partir este año, el Gobierno fortaleció los lazos con Assange. En
abril pasado, el presidente Rafael Correa dio una entrevista a Assange,
que fue transmitida por la cadena Rusia Today.
Semanas después, el periodista australiano se refugió en la Embajada de
Ecuador en Londres y pidió el asilo político al Gobierno, violando el
arresto domiciliario que pesaba sobre él, dispuesto por la Justicia
inglesa.
El Reino Unido había resuelto la extradición de Assange a Suecia como
parte de una investigación por dos supuestos delitos sexuales, ocurridos
en Estocolmo a inicios del 2010.
El ‘hacker’ aseguró que es inocente y que las acusaciones eran una
estrategia del Gobierno estadounidense para extraditarlo y juzgarlo por
difundir información clasificada.
Este fue el argumento que Assange suscribió en su pedido de asilo
político a Ecuador, en junio pasado, y que ahora pone a Quito en una
situación complicada con el Reino Unido, Suecia y EE.UU.
El enfrentamiento entre Assange y Estados Unidos empezó en abril del
2010, cuando Wikileaks difundió un video de 39 minutos en el que se veía
cómo dos reporteros de la agencia Reuters morían bajo disparos de un
helicóptero estadounidense en Iraq.
En noviembre de ese año, Wikileaks filtró más de 250 000 documentos
confidenciales, en los que se revelaban secretos de la política exterior
estadounidense.
Unos cables diplomáticos sobre Ecuador provocaron la expulsión de la ex
embajadora de ese país en Quito, Heather Hodges. Recién en mayo de este
año las relaciones se normalizaron entre los países, con la llegada del
nuevo embajador de EE.UU., Adam Namm.
A pesar de ello, el canciller Ricardo Patiño aseguró ayer que si Assange
fuese extraditado a EE.UU., “no tendría un juicio justo (...) y no es
inverosímil que se le aplique un trato cruel y degradante”. Pero la
portavoz de la diplomacia norteamericana, Victoria Nuland, negó que
EE.UU. haya ejercido presión sobre Londres para que extraditara a
Assange a Suecia y aclaró que su país no ha requerido al australiano.
Aunque admitió que hay una investigación sobre el caso Wikileaks.
Asimismo, Patiño acusó a Suecia de no haber garantizado el debido
proceso en la investigación contra el periodista. “La Fiscalía sueca ha
tenido una actitud contradictoria que impidió al señor Assange el total
ejercicio del legítimo derecho a la defensa”.
Ayer, el ministro de Exteriores sueco, Carl Bildt, rechazó
contundentemente estas acusaciones. “Nuestro sólido sistema jurídico y
constitucional garantiza los derechos de todos. Rechazamos con firmeza
cualquier acusación que sugiera lo contrario”, declaró.
Ahora, la atención se centra en lo que hará el Reino Unido, para cumplir
con esa extradición.
Este contenido ha sido publicado originalmente por Diario EL COMERCIO en la siguiente dirección: http://www.elcomercio.com/politica/Ecuador-abrio-frente-paises_0_756524537.html. Si está pensando en hacer uso del mismo, por favor, cite la fuente y haga un enlace hacia la nota original de donde usted ha tomado este contenido. ElComercio.com
Este contenido ha sido publicado originalmente por Diario EL COMERCIO en la siguiente dirección: http://www.elcomercio.com/politica/Ecuador-abrio-frente-paises_0_756524537.html. Si está pensando en hacer uso del mismo, por favor, cite la fuente y haga un enlace hacia la nota original de donde usted ha tomado este contenido. ElComercio.com
No hay comentarios.:
Publicar un comentario