jueves, enero 17, 2013

ARGENTINA: El dólar blue llegó a $ 7,50 y la brecha cambiaria con el oficial ya es superior al 50%


El valor del peso no encuentra piso en el mercado cambiario paralelo, donde se derrumba a un ritmo diario que va del 1,5 a 2% por día con relación al dólar, frente a la sostenida demanda de divisas de quienes tienen planificado veranear en el exterior y los problemas para concretar la compra del dólar turista, el único tipo de cambio en teoría al alcance de los contribuyentes que tienen ingresos y gastos declarados a valor oficial (es decir, un 50% promedio menos). Esa tendencia, que comenzó a evidenciarse nuevamente hace un mes, alcanzó ayer un nuevo pico al aceptar algunos compradores pagar hasta $ 7,52 por un dólar (cerraría el día a $ 7,50), un cambio inédito aun para los tiempos del cepo cambiario.  La escalada del dólar blue, que sumó otros 14 centavos y venía de agregar otros 11 un día antes, hizo que en lo que va del año se haya encarecido 66 centavos, lo que implica un aumento de 9,6 por ciento.  El dólar oficial, en tanto, apenas subió 3 centavos en igual lapso, porque las autoridades tienden a fijar aún más ese precio frente a cada ciclo alcista en el mercado paralelo. Es un intento de relativizar la posibilidad de que la fuerte corrección del blue se traslade en el corto plazo a la paridad formal.
Esto ubica la brecha entre el tipo de cambio oficial y el paralelo por encima de 50% por primera vez (había llegado a tocar un "pico" de 48% en julio pasado, luego de que el BCRA oficializara que quedaba prohibida la ventas de divisas que tuvieran por destino el ahorro, aunque fuese declarado y se tributara por él), lo que, según los analistas, puede comenzar a tener impacto en las expectativas inflacionarias.

El caso más extremo tal vez sea el del mercado inmobiliario en las grandes ciudades. Un reciente relevamiento de Reporte Inmobiliario mostró que apenas 4% de las operaciones de venta de propiedades se cerró últimamente a valores compatibles con la cotización oficial del dólar, mientras que un 38% reconoció que lo flexibilizó y el 22% admitió que tomó como referencia al blue. Como todos esos ajustes fueron mayores a la inflación promedio medida por las consultoras (el IPC Congreso), se concluye que, aun medido en pesos, el valor de las propiedades tendió a alejarse del alcance del bolsillo del argentino promedio.
Además, esta disparada fortalece la idea de que aferrarse al dólar (o a cualquier variante de esta moneda, como una inversión en títulos dolarizados o papeles de empresas que tiendan a ajustarse con la divisa) es un buen negocio. En 2012, los que apostaron por el paralelo obtuvieron ganancias de 40% (una de las pocas que le ganaron la carrera a la inflación), mientras que un plazo fijo bancario rindió 4 veces menos. Y en lo que va de 2013 la historia se repite.
El economista Federico Muñoz suele aludir al riesgo que implica fortalecer esta idea. "La escalada del blue no sólo exacerba las presiones inflacionarias, pues no pocos precios se forman con esa referencia, sino que además puede comprometer la estabilidad financiera. Si esta carrera asusta a los ahorristas, la suba de la tasa de interés necesaria para defender los depósitos bancarios bien puede empujar a la economía a una nueva fase de enfriamiento", advierte.
Para algunos, la carrera alcista del paralelo cuenta con aval gubernamental. Fundamentan su opinión en que, lejos de intervenir de manera oficiosa en el mercado (como lo ha hecho frente a otros episodios similares) proveyendo dólares mediante agentes de mercado que manejan carteras de organismos oficiales para aplacar ansiedades y precios, esta vez luce quieto. El ex presidente del BCRA Martín Redrado parece avalar esa tesis: "El Gobierno va a seguir con esta política de ignorar el dólar marginal", dijo a DyN. "A mediano plazo los precios internos tienden a confluir hacia el dólar más alto", alertó.
El combo que dio lugar a la escapada del dólar paralelo tiene varios componentes. El más activo, según los operadores, es la presión compradora que ejercen los que vacacionarán fuera del país en el recambio de quincena. "La mayoría fracasó en su intento de comprar el dólar turista, o les vendieron menos de lo que creen necesitar", insisten. A eso se agregó, en los últimos días, una singular retracción en la oferta. "Pese a estos precios, casi no hay vendedores", explican, lo que parecería estar indicando que algunos esperan que el precio tenga más recorrido alcista o tienen tal temor a enfrentar el día de mañana un costo de reposición mayor.
Estructuralmente, el fenómeno tiene varios componentes. Por un lado, el pico de demanda estacional que se disparó apenas quienes habían viajado a fin de año o en los primeros días de enero advirtieron a los que pensaban seguirlos que cambiar pesos en el exterior sería un negocio ruinoso. El otro componente es el jubileo monetario que llevó adelante el BCRA en el último bimestre del año, cuando emitió $ 35.000 millones (equivalente a 58% de lo que la AFIP recauda por mes) para asistir al Tesoro. "Esa asistencia, sumando adelantos transitorios, remisión de utilidades y préstamo de reservas para pagar deuda, alcanzó en 2012 el equivalente a los 20.000 millones de dólares, agudizando el deterioro patrimonial del BCRA. "No puede sorprender que la confianza en el peso se haya desplomado", concluyó Muñoz.


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