jueves, enero 17, 2013

Obama: con el corazón, pero en el momento justo


La matanza de 20 chicos en Newtown fue para Barack Obama el momento más doloroso de su mandato, según confesó. Y puede que la decisión histórica que acaba de tomar –casi ningún presidente en EE.UU. se atrevió a plantear abiertamente un límite a la posesión de armas- tenga que ver con esa parte emocional del mandatario, padre de dos hijas. Pero no todo pasa por el corazón. Obama aprovecha el momento especial de su mandato, que le permite tomar medidas arriesgadas, aunque tengan un inmenso costo político.

Para la mayoría de los estadounidenses, tener un arsenal en la casa es parte de su identidad. En el país de los cowboys es usual que se lleve escopetas en las camionetas o que un gran paseo familiar sea ir a las ferias a comprar pistolas y rifles. El derecho a portar armas está plasmado incluso en la Segunda Enmienda de la Constitución. No resulta raro, entonces, que cerca de la mitad de los estadounidenses, según las encuestas, se oponga a que el Estado se meta a controlarlas. De hecho, cada vez que se plantea la posibilidad de un límite, hay un aluvión de personas que se vuelca a las armerías para acopiar "tesoros" que puedan quedar fuera de alcance, como los rifles de asalto.
A pocos días de comenzar su segundo período en la Casa Blanca, Obama sabe que tiene cuatro años para dejar su legado histórico. En la primera etapa siempre tuvo en mente su reelección y, salvo la reforma sanitaria, no se atrevió a ir a fondo en algunos temas que son muy divisivos, como el blanqueo de inmigrantes o la posesión de armas. La batalla en el congreso será feroz. Pero ahora el presidente puede tomar el riesgo.


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