Benita Ferrero-Waldner analiza la importancia de la cumbre entre la UE y América Latina.
Europa y América Latina han celebrado seis grandes encuentros bilaterales desde 1999, pero el que tendrá lugar estos sábado y domingo en Santiago de Chile no tiene precedentes por dos razones: primero, porque es la primera vez que toda América Latina asiste unida a una de estas cumbres, en un solo bloque, gracias a la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac, 33 países); y segundo, porque mientras que Europa está en crisis, nuestra región atraviesa por uno de los mejores momentos económicos de su historia, con lo cual la balanza, usualmente inclinada hacia los del Viejo Continente, esta vez estará algo más equilibrada.
En palabras del presidente anfitrión, Sebastián Piñera: "Antes lo que se discutía era cuánta ayuda (recibiríamos), y ahora lo que se discute es cuánta integración, cómo juntar fuerzas para enfrentar los desafíos que compartimos".
Benita Ferrero-Waldner, excanciller de Austria y excomisaria de relaciones exteriores de la Unión Europea, dirige hoy una fundación dedicada a la profundización de las relaciones entre ambas regiones, llamada Fundación EU-LAC, que se financia con fondos de la UE. EL TIEMPO conversó con ella sobre los alcances de esta reunión.
¿Cree que la crisis que golpea a Europa y el buen momento económico que vive América Latina están haciendo que, por fin, el Viejo Continente mire con otros ojos a nuestra región?
La Cumbre viene en un momento de cambio de paradigmas para ambas regiones. Los países de América Latina siguen creciendo, en general presentan una consolidación democrática y refuerzan su papel en las relaciones internacionales. Pero también se siguen enfrentando a desafíos como la pobreza, la desigualdad, la seguridad humana o asuntos de medio ambiente. Y la Unión Europea lucha contra la crisis económica, pero sigue siendo la economía más importante del mundo, el mayor bloque de comercio, el principal generador y destino de inversión extranjera directa y el donante más importante de cooperación al desarrollo. En todo caso, lo importante es que hay duda de que ambas regiones se beneficiarán si la cooperación aumenta en todos los terrenos (económico, tecnológico, educativo, institucional, etc.), así como la actuación concertada para una mejor gestión de los riesgos e interdependencias globales.
¿Qué tanto puede golpear a la inversión y al comercio entre las dos regiones la crisis que se vive hoy en Europa? Solo un ejemplo: España llegó a ser el primer inversor extranjero en Colombia, pero el año pasado (enero-sept.) invirtió cero euros en nuestro país. ¿Hay otra cara de la moneda? ¿Una positiva?
A pesar de la crisis, quiero subrayar que la Unión Europea todavía es el primer inversor en América Latina. Pero concentrándonos más en las oportunidades, me parece que el momento de bonanza que vive América Latina no solo abre oportunidades para muchas empresas europeas en su región, sino también a la inversa. Pienso, por ejemplo, que las llamadas 'multilatinas' deberían aprovechar el actual momento para invertir en Europa.
Europa suele decir que América Latina es 'un socio estratégico' y su 'aliado natural', pero ¿qué hechos concretos prueban que esto es algo más que solo dos frases políticamente correctas?
No son solo palabras. Compartimos historia, cultura y valores, y a veces lengua y hasta lazos familiares. Todo eso nos permite un nivel de diálogo privilegiado. De hecho, la UE y América Latina tienen muchas posiciones convergentes en una multitud de asuntos globales e internacionales, como cambio climático, desarrollo sostenible, derechos humanos, economía global, etc. Y no olvidemos nuestros múltiples acuerdos comerciales.
¿En qué se ha equivocado Europa en su relación con América Latina?
No creo que Europa se haya equivocado de forma importante en el marco de su relación con América Latina. Diría que hoy somos más conscientes de que América Latina no es un bloque, como la UE, sino que hay muchas subregiones y que no siempre es fácil unir en una única voz a todos sus países.
Por años, Europa se quejó de la falta de integración latinoamericana y de cómo eso impedía una mejor relación bloque a bloque. ¿Cree que ha cambiado en algo esta situación? ¿O Europa cambió su estrategia apostando más bien por firmar TLC país por país?
La Celac es una realidad que reconocemos y aplaudimos, pero todavía no tiene estructura institucional. Esperamos y deseamos que la Celac propicie una mayor coordinación interna, para que así se potencie su papel como interlocutor eficaz. No obstante, también seguimos trabajando con otras realidades subregionales como el Mercosur, el Caricom, la Alianza del Pacífico, el Alba, y tampoco excluimos las relaciones directas con cada país, como le demuestran los tratados de libre comercio con Chile, México, Colombia, etc.
¿Se puede romper el viejo modelo en el que nosotros les vendemos materias primas y ustedes productos industriales y/o con valor agregado?
La UE nunca ha sido un socio que solo compra materias primas. Al contrario, si uno mira las inversiones europeas en América Latina en comparación con las inversiones chinas, se ve que mientras el 90 por ciento de las importaciones que hace China son de materia prima o de productos naturales más o menos elaborados, la UE ha aportado muchas veces un valor añadido con sus empresas y productos elaborados en América Latina. Europa puede aportar mucho a la hora de agregar valor y al empleo de calidad por medio de la transferencia de tecnología.
China aumenta su presencia comercial en América Latina cada vez más. ¿No teme Europa terminar siendo desplazada por el gigante asiático en la región? Así lo pronostican varios analistas...
El significativo incremento del poder económico del Asia emergente es un factor para tener en cuenta, tanto por los desafíos que plantea, como por las oportunidades que nos ofrece. Afecta, por ejemplo, a los patrones exportadores, a los vínculos económicos con el exterior y plantea importantes desafíos en materia de competitividad internacional. Por otra parte nos ofrece un mercado valioso, que si encaramos de manera conjunta, podremos hacerlo con bastante mayor eficacia que si lo hiciéramos individualmente.
Se dice que América Latina vive un momento dorado. Y varios indicadores así lo confirman. ¿Qué está haciendo bien América Latina y qué le falta por mejorar?
Creo, en efecto, que es la década de América Latina, como dice Luis Alberto Moreno, presidente del BID. La región ha mejorado mucho en la reducción de la pobreza y, hoy, buena parte de sus habitantes ya son clase media, a lo que sin duda han contribuido un crecimiento económico constante y sólido, así como un fortalecimiento institucional. Al mismo tiempo América Latina ha aprendido de sus crisis anteriores y en general ha seguido una política económica y fiscal de consolidación de presupuestos, lo que les ha hecho más resistentes en esta crisis económica mundial. Sin embargo, en cuanto a la innovación, productividad y competitividad queda todavía mucho por hacer, también hay que mejorar la educación superior y considerar políticas fiscales más igualitarias. Además, falta mucho por hacer en seguridad física, a veces en seguridad jurídica y en lucha contra la corrupción, todo en pro de mejorar la gobernabilidad.
Pese a su buen crecimiento económico y a la ampliación de su clase media, América Latina sigue siendo la región con más desigualdad en el mundo. ¿Qué es prioritario, en su opinión, para cambiar esto?
Una política fiscal que ayude más al equilibrio y en la que se preserven presupuestos para políticas sociales claves como la salud, las jubilaciones y una educación de calidad.
¿Qué logros o avances concretos harían, en su opinión, que esta cumbre UE-Celac pudiera ser calificada como 'exitosa'?
Creo que tenemos una oportunidad para reforzar las relaciones comerciales y de inversión, de expandir mercados, para así lograr una recuperación económica global sostenida, lo que redundará en más empleo y desarrollo para todos. También considero estratégico el aumento de la cooperación en desarrollo social, salud, educación y tecnología.
Por último, ¿ve con optimismo el futuro de América Latina?
Creo que América Latina vive un boom y una bonanza sin precedentes, y que el hecho de que esto se produzca en forma simultánea con un notable fortalecimiento de sus democracias y un rol cada vez más activo de su sociedad civil, constituyen un marco que permite mirar el futuro con optimismo. Y ojalá que el proceso de paz que lleva a cabo el presidente Santos tenga éxito, pues no tengo duda de que su país será uno de los que más se destacarán en la región.
También se reunirán empresarios, académicos y ONG
Más de 40 jefes de Estado y Gobierno se darán cita en esta cumbre, que tiene por lema oficial: 'Apuntando alto'.
La canciller alemana, Ángela Merkel, y el mandatario español, Mariano Rajoy, ya confirmaron su presencia, así como el presidente de la Comisión Europea, José M. Durão Barroso.
La cumbre de mandatarios será el sábado y el domingo.
Más de 800 empresarios de ambos lados del Atlántico se congregarán en una cumbre empresarial los días viernes y sábado.
200 universidades y centros educativos protagonizan desde ayer un encuentro del mundo académico. También se reunirán parlamentarios de ambos bloques.
Unas 400 ONG sostendrán una cumbre de los pueblos "contra la injusticia social".
No menos de 1.500 periodistas cubrirán la cumbre.
Diplomática y política
Benita Ferrero-Waldner nació en Salzburgo, en 1948. Es doctora en Derecho. Fue ministra de Relaciones Exteriores de Austria y comisaria de Asuntos Exteriores de la Unión Europea, así como comisaria de Comercio de la UE. En el año 2000 presidió la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (Osce). Y en el 2004 fue candidata presidencial en su país.
Su lengua materna es el alemán, además habla francés, inglés, español e italiano.
Hoy preside la Fundación Unión Europea-América Latina y el Caribe (Fundación EU-LAC), que nació en el 2011 y tiene su sede en Hamburgo, (Alemania).
Fuente. DIARIO EL TIEMPO DE BOGOTÁ
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