El régimen jordano intenta ahogar las protestas populares con unas nuevas votaciones a las que están convocados hoy cerca de 2,27 millones de electores que deberán elegir 150 diputados entre 1.500 candidatos.
Los colegios electorales ya han abierto sus puertas y la Comisión Electoral Independiente ha estipulado que, en caso de que fuera necesario, el horario estipulado inicialmente para ejercer el derecho a voto (de 07.00 horas a 19.00 horas) podría extenderse en esta jornada. Una jornada que ha sido declarada festiva y para la que se han desplegado 47.000 policías en los colegios electorales para garantizar la seguridad del proceso.
La mayoría de los expertos anticipan una significativa abstención, no sólo por el boicot que apadrinan los Hermanos Musulmanes y sus aliados, sino por el propio descrédito que se han ganado los repetidos comicios, parlamentos y jefes de gobiernos que se suceden desde hace años.
"Hay una gran frustración económica y política de los ciudadanos", reconoció el ministro y diputado Mohammad al-Halaika al diario saudí Elaph. "Estas elecciones van a agravar los problemas en lugar de resolverlos. Veremos emerger un parlamento sin ningún peso político", opinó Oraib al-Rintawi, director del Centro Al Quds de Estudios Políticos.
Pulso islamistas-Abdala II
El pulso entre los islamistas y el rey Abdala II se ha recrudecido en los últimos meses y en especial tras los disturbios que sacudieron al país en noviembre, cuando el gobierno decidió suprimir varios subsidios.
Los Hermanos Musulmanes exigen una monarquía al estilo de la española, algo que rechaza de plano el soberano. El primer ministro jordano Abdalá Ensur declaró recientemente que las prerrogativas del monarca no serán limitadas –"el escenario político no está preparado para tales cambios", dijo- y que Abdala sólo permitirá "voluntariamente" que el parlamento utilice alguno de esos poderes como una concesión. "Sus poderes le han sido otorgados", manifestó a Al Hayat quizás aludiendo al carácter casi divino que se han atribuido algunos regentes del mundo árabe.
Pero pese al descontento popular, los Hermanos Musulmanes no han conseguido movilizar a las masas que forzaron el cambio de régimen en Egipto y Túnez. El pasado viernes sólo pudieron reunir a poco más de 2.000 personas en Amán. El propio monarca explicaba en una reciente entrevista con el semanario francés 'Le Nouvel Observateur' las dos principales medidas que han marcado una ruptura con la actitud de otras dictaduras regionales frente al descontento popular y que a la postre han frenando de forma evidente la expansión de las protestas.
"Nuestra actitud frente a las manifestaciones no ha sido la misma que la que adoptaron otros países. La primera orden que di a la policía fue de no hacer uso de las armas. Y el gobierno suprimió la autorización previa requerida para las manifestaciones, para que todo el mundo pudiera protestar libremente", manifestó Abdala.
ELMUNDO.es pudo comprobar el pasado mes de diciembre como las fuerzas de seguridad jornadas asistían a todo tipo de vituperios contra la monarquía –los manifestantes llegaron a calificar al rey de "ladrón", un insulto penado por la ley- sin reaccionar.
Abdalah aseguró en la misma conversación que el proceso reformista iniciado al socaire de las protestas populares había llevado a "modificar un tercio de la constitución", restando algunos poderes a la monarquía –el soberano ha anunciado que no designará al primer ministro- y respondiendo a una pregunta sobre su disposición a ceder más prerrogativas dijo que el sistema que heredará su hijo "no será el mismo" que él asumió.
Alza de precios
Sin embargo, el monarca lejos de asumir errores en el pasado incidió en la misma tesis que han utilizado otros autócratas esgrimiendo lo que para él supone el "gran riesgo de ver como dictaduras religiosas remplazan a las dictaduras laicas" y criticando veladamente a los Hermanos Musulmanes.
En realidad el principal desafío para el régimen no consiste en la oposición tradicional de los islamistas sino en la precaria situación de la economía nacional y las exigencias del Fondo Monetario Internacional. Según Al Hayat, las autoridades ya preparan un nuevo paquete de alzas de precios, en especial de la electricidad.
Las autoridades se encuentran atrapado asimismo por los efectos colaterales de conflicto en Siria, que ya ha obligado a más de 300.000 sirios a huir al territorio jordano –una cantidad de refugiados que desborda las propias capacidades de las autoridades-, y la presión que ejercen los sectores islamistas que exigen al soberano que apoye de forma más decidido a la revuelta en el país vecino.
Los opositores a Bashar al Asad han advertido que hay cerca de 12.000 sirios en las inmediaciones de la frontera jordana preparados para huir ante la reciente ofensiva que han lanzado las fuerzas de Damasco en la provincia de Daraa. "Realmente estamos enfrentándonos a una crisis de refugiados", admitió un portavoz de las fuerzas armadas a la agencia oficial Petra.
Fuente. DIARIO EL MUNDO DE ESPAÑA
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