sábado, marzo 23, 2013

Argentina: El Gobierno admite que frenar las importaciones impulsó más la inflación


El Gobierno admitió su fracaso en la política de frenar las importaciones, que terminó generando mayor inflación. Por eso, se dispone a implementar un “plan B” para contener las subas de precios: la apertura de las importaciones de productos en aquellos sectores que pretenden crecer vía aumentos de precios y no en función de una mayor productividad.
En línea con lo que anunció el jueves la presidenta Cristina Kirchner, ayer el secretario de Comercio, Guillermo Moreno admitió ante un grupo de empresarios que el Gobierno va a abrir el grifo de las importaciones “en aquellos sectores que muestren una actitud especulativa”, aumentando sus ganancias en vez de hacer crecer su producción.
“Cerramos las importaciones para proteger a la industria local, para que los empresarioscrearan musculatura, no gordura ”, comentó Moreno, según un participante de la habitual reunión que mantiene el funcionario los viernes, en el edificio de Diagonal Sur. Entonces, Moreno apuntó a los sectores textiles, de la carne y lácteos. Para ser más gráfico, ejemplificó: “no puede ser que un vaquero cueste 400 pesos, cuando el precio no debe ser más que 75 u 80 pesos”, dijo.
Luego embistió contra la carne bajo el argumento de que “está más cara que en otros mercados” como EE.UU., Brasil o Australia.
También, la Presidenta, el jueves, le pegó fuerte a dos de las empresas lácteas más grandes del mercado (La Serenísima y Sancor), que –a su vez– ya habían logrado autorizaciones para ingresar más productos importados, según confió una fuente del sector a este diario.
Finalmente, Moreno advirtió que “los sectores que no se pongan a tiro para ofrecer precios más razonables”, compartirán el mercado con los productos importados.
El Gobierno optó por la política de restringir el ingreso de productos desde el exterior con la idea de fomentar la producción nacional de los distintos rubros de la industria y además, para sanear la balanza comercial. De hecho, la medida logró frenar el flujo de dólares hacia el exterior. Sin embargo, como efecto lateral, derivó en aumentos de precios. A eso, se refirió Moreno cuando aludió a los empresarios que confunden “músculos con gordura” y que optaron por trasladar esos beneficios a los precios de sus productos.
Fuentes vinculadas a la reuniones que organiza la secretaria de Comercio opinaron que la amenaza de abrir las importaciones no es más que otra presión oficial para negociar con algunos sectores.
“Así como la tarjeta de crédito única que impulsa Moreno para comprar en los supermercados, es un verso”, calificó, para posicionarse en la puja que mantienen en este caso, los supermercados, los bancos y las empresas productoras”, señaló la fuente.
Un empresario supermercadista abonó esa teoría al explicar que “en febrero, cuando teóricamente estaban cerradas las importaciones, nosotros pudimos importar toda la ropa de invierno, por ejemplo. Como también varios alimentos”, señaló.
Ayer el gerente de la Cámara de Importadores (CIRA), Miguel Ponce, salió a poner paños fríos a los números que dieron cuenta de un salto en las importaciones, durante febrero, según los datos que surgieron de la balanza comercial. Porque. Según explicó, son atribuibles al rubro Energía.
El directivo reclamó la necesidad de desagregar los datos de las compras externas de ese de los datos correspondientes a las importaciones, por considerar que éstos “distorsionan” los valores finales. Y de paso, hizo un tiro por elevación a los dichos de la Presidenta cuando advirtió: “que no se refrieguen las manos los importadores porque vamos a hacer un sistema para que ellos no se queden con la diferencia”.


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