Para las autoridades del Poder Electoral, al igual que para los representantes de los partidos políticos, al menos para los que postulan candidatos ante el CNE, no hay dudas de que el voto es secreto y de que el sistema electoral es inquebrantable.
Unas 15 auditorías tecnológicas se realizan a los distintos componentes que integran el proceso y que fundamentalmente son el Sistema de Autenticación Integrado (SAI), la máquina de votación y la membrana o tarjetón electoral. Lo mismo que al Sistema de Identificación del Elector (SIE), los medios de transmisión y al sistema de totalización que suma y adjudica.
Las revisiones. La revisión de los procesos que se pone en marcha para una elección comienza con la auditoría al Registro Electoral. Para los comicios de mañana, el CNE decidió utilizar el mismo RE del 7 de octubre de 2012, por lo que en esta oportunidad sólo se requirió verificar que el código con que se firmó el padrón el año pasado se mantuviera inalterado.
Entre las auditorías más importantes hechas antes de la elección está la que se le practica al software de votación, con la cual se garantiza que el programa informático con el que trabaja la máquina es el indicado y se certifica que suma, asigna, totaliza y transmite de manera correcta los resultados obtenidos.
En este momento, los técnicos constatan que no exista secuencialidad en la votación y que, respondiendo a un algoritmo, los votos se desorden cada cinco, y que no se guarden en la misma memoria que la información que es captada por el SAI. Este sistema de identificación biométrica también fue auditado para verificar la no duplicidad de huellas y la calidad de las mismas.
Con la auditoría del sistema de totalización, las organizaciones con fines políticos revisaron la correcta recepción y adjudicación de votos.
Luego de la elección, el CNE entregará a las organizaciones el registro de las transmisiones de datos, hora y lapso durante el cual se conectaron las máquinas de votación al servidor de totalización nacional, para su revisión y auditoria.
Dos revisiones que no están vinculadas a la tecnología son la de los cuadernos impresos de votación, corroborando que la data de votantes se corresponde con la que el Registro Electoral prevé para esa mesa.
También la auditoría de tinta indeleble, que es un refuerzo al SAI, una vez que un ciudadano emite su voto, su dedo meñique es manchado con este pigmento y los auditores verifican que no pueda ser retirado por ningún producto. La tinta fue auditada, siguiendo el mismo procedimiento del día de la elección y pasando el dedo por sustancias solubles para verificar la fiabilidad.
Para esta elección los rectores del ente aprobaron la realización de una nueva auditoría no prevista en comicios pasados, así las toldas pudieron revisar a la memoria removible con datos de las máquinas de votación.
La auditoría se realizó junto a la revisión predespacho.
Presencia. Adicionalmente, todos quienes tienen intereses directos en la elección han podido acreditar ante el ente comicial testigos en los distintos niveles del proceso: testigos en las mesas de votación, en las estaciones de información al elector, en las juntas electorales, testigos nacionales, testigos ante el Consejo Nacional Electoral, testigos en la sala de totalización, en la sala de contingencias y en la sala de transmisión del sistema de información a los electores.
Para las presidenciales, además, el Consejo Nacional Electoral autorizó que mañana cada candidato tenga un testigo en la sala de transmisión del Sistema de Información al Elector (SIE).
Asimismo, los candidatos contarán con otro representante en la sala de contingencia de miembros de mesa, instancia técnica en la que se reciben y resuelven los reportes de ausencia de ciudadanos convocados a prestar el servicio electoral para la instalación de las mesas.
Los partidos políticos ya acreditaron a sus testigos.
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