Un hombre de 22 años ha sido detenido a primera hora de la mañana en La Verrière (Yvelines), una localidad situada 45 kilómetros al suroeste de París. Según el Ministerio del Interior francés, se trata del "presunto autor del atentado contra el soldado Cédric Cordier, el pasado sábado, en La Défense [oeste de París]".
El joven arrestado ha confesado la autoría de la agresión y ha asegurado que actuó en nombre de su "ideología religiosa", dijo el fiscal de París, Xavier Molins, quien añadió que mostró una "voluntad de matar bastante obvia".
"Ahora tenemos que investigar el móvil, su trayectoria, su entorno familiar. Y debemos seguir siendo cautelosos", ha declarado Manuel Valls a la cadena de noticias iTélé. Según el Ministro del Interior, su arresto "ha resultado muy oportuno, porque no sabemos si podría reincidir".
"Quiero agradecer el trabajo de cuantos han participado en la detención de un individuo peligroso. La investigación ha sido particularmente minuciosa", señaló. "Este hombre parece lo suficientemente determinado para ejecutar un ataque premeditado".
A la caza del agresor
Desde que el soldado del 4º Regimiento de Cazadores de Gap fue acuchillado en la nuca el pasado 25 de mayo a las 17.50 horas, cuando patrullaba con dos compañeros por el centro comercial de la estación Défense del RER A, dentro del plan de prevención antiterrorista Vigipirate, los detectives de la Brigada Criminal se lanzaron a la caza del agresor, que había sido captado por varias cámaras de seguridad.
En uno de esos vídeos se ve al terrorista luciendo un pequeño sombrero y un traje negro, rezando minutos antes del ataque. La policía también halló cerca del escenario del crimen una bolsa de plástico que contenía una botella de plástico vacía, un cuchillo y basura. Fueron precisamente sus huellas de ADN en el refresco de naranja las que permitieron dar con la pista y desplegar un dispositivo de vigilancia en torno a Trappes (Yvelines).
El antecedente británico
El intento de homicidio del soldado de primera Cédric Cordier se produjo en el barrio de negocios del oeste parisino tres días después delasesinato en Londres de un militar británico por dos islamistas radicales, en la calle y a plena luz del día. En este caso, Cordier salvó la vida porque el corte en el cuello se quedó a dos centímetros de la vena carótida y el lunes fue dado de alta en el hospital militar Percy de Clamart (Hauts-de-Seine), donde había sido ingresado.
El atentado, que Valls consideró desde el primer momento como "un acto de terrorismo", se produjo un año después de los sangrientos asesinatos de Mohamed Merah en Toulouse y Montauban, donde perdieron la vida tres paracaidistas, un profesor de hebreo y tres niños de un colegio judío. En este sentido, el ministro del Interior ha insistido en que existen en el Hexágono "decenas o incluso cientos de potenciales émulos de Merah": jóvenes marginales, crecidos en suburbios y fichados por delitos menores, que se convierten en yihadistas rápidamente "por la influencia de internet, la televisión o el contacto con imanes radicales".
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