
Melita Norwood, considerada la espía británica más importante reclutada por los servicios secretos de la desaparecida Unión Soviética, murió el pasado día 2 a los 93 años, según ha confirmado, su hija, Anita Ferguson. Norwood, cuya labor de espionaje salió a la luz pública hace seis años, pasó durante cuarenta años informaciones relevantes a la KGB y era conocida como "Hola" por los servicios secretos. Después de la Segunda Guerra Mundial (1939-45), la espía pasó secretos nucleares británicos a la extinta Unión Soviética mientras trabajaba como secretaria de la Asociación Británica de Metales No-Ferrosos. La existencia de Norwood fue descubierta después de que Vasili Mitrokhin, disidente de la KGB, consiguiera sacar -en los años noventa del siglo pasado- de los archivos de los servicios secretos de Rusia documentos que contenían datos muy importantes, y entre ellos figuraba el hombre "Hola". Según unas revelaciones de la prensa hace seis años, Norwood fue miembro del Partido Comunista, fue reclutada como agente ideológica y su sueldo por ello era mínimo. "Hola" solía encontrarse con sus superiores a los que les pasaba la información en los suburbios del sureste de Londres, donde entregaba fotografías de los documentos. En unas declaraciones a la prensa en 1999, Norwood dijo que hizo lo que hizo para ayudar a impedir la derrota de un nuevo sistema que tenía un gran coste para que la gente pudiera tener alimentos y transporte, una buena educación y servicio de salud. Expertos en espionaje han comparado la traición de "Hola" con la del famoso grupo conocido como los "Cinco Magníficos": Burgess, MacLean, Philby, Blunt y Cairncross.
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