viernes, julio 15, 2005

Corre peligro la democracia en América latina

Venezuela y Haití difícilmente califican hoy como democracia”, y en otros cuatro países “las reglas democráticas se están derrumbando”, advierte el crudo informe anual que difundió ayer el centro Diálogo Interamericano sobre las instituciones en América latina y el Caribe. El reporte, redactado por 100 analistas y expertos de Estados Unidos, Canadá y América latina encabezados por el ex presidente brasileño Fernando Henrique Cardoso, rescata, no obstante, la situación en la Argentina. “El repunte de la actividad económica ha contribuido a un aumento del apoyo público a los líderes” argentinos, algo que se repitió en Brasil y en Chile. Apartada Cuba como “único país de la región bajo un régimen autoritario”, el informe “Un claro en las nubes: América latina y el Caribe en 2005” advierte, además, que los riesgos de inestabilidad acechan a Bolivia, Ecuador y Nicaragua y, en menor medida, a Perú, Guatemala, Honduras y El Salvador. “El colapso financiero devastador de la Argentina en 2001 arrojó al país a una crisis política, pero las reglas democráticas prevalecieron”, destaca el trabajo de los expertos, que también elogia los avances observados en Uruguay, Brasil, Chile y Colombia. La situación en Venezuela aparece como la preocupación central de los redactores del informe. Los analistas concluyeron que el presidente Hugo Chávez se ha convertido en una "fuente potencial de inestabilidad regional". "Mientras los precios del petróleo se mantengan altos, Chávez tendrá los recursos para agitar aún más la situación política en países vecinos, que son ya inestables de por sí", anticipa el reporte. Aun así, y pese a las numerosas divisiones dentro de la región y de todo el bloque frente a la Casa Blanca, rescatan los analistas, "Estados Unidos y las naciones de América latina, con la excepción de Cuba y Venezuela, no se han convertido en adversarios". "Brasil y la Argentina tienen menos en juego en sus relaciones con Washington y están siguiendo sendas de política exterior más independientes y diversas, que a veces los ponen en contra de Estados Unidos", sostienen, aunque de inmediato rescatan que "por primera vez" ambos países y otros más intervinieron en una misión de paz de las Naciones Unidas en Haití. El mayor problema por resolver, siempre que se excluya a Fidel Castro de la evaluación, es Venezuela. Chávez "ha restringido severamente la competencia democrática y provocó un extensivo daño en las instituciones de la nación", dice el informe. "Chávez mantiene una cantidad significativa de apoyo y ha logrado ganar una larga serie de elecciones, incluido el referéndum de agosto pasado", aunque "ha eliminado la mayoría de los controles sobre su poder". El presidente venezolano, añaden, "ha llenado la Corte Suprema con sus simpatizantes, ha acosado a los grupos civiles, ha aprobado leyes con restricciones a la libertad de prensa". "Su gobierno ha dividido el país y puede provocar violencia política", advierten. El informe también considera grave la situación de polarización y enfrentamiento entre grupos étnicos y entre distintas regiones en Bolivia y Ecuador, y que pone en tela de juicio el futuro de la democracia en estos países andinos. En Bolivia, "la hostilidad y la falta de confianza entre diferentes regiones y grupos étnicos están bloqueando el progreso económico y amenazan la unidad del país", después de que dos presidentes, Gonzalo Sánchez de Lozada y Carlos Mesa, debieron renunciar en medio de masivas protestas en octubre de 2003 y junio de 2005. En Ecuador, Lucio Gutiérrez se transformó en el tercer presidente consecutivo que terminó renunciando ante protestas populares, en una muestra de las enormes dificultades de gobernabilidad que sufre el país. Por su parte, la situación en Haití es cercana a la de un Estado fallido, con un país profundamente polarizado, un sistema político que apenas funciona y una administración provisional con poca autoridad, razón por la cual la economía está en crisis y la criminalidad goza de impunidad. La incógnita planteada por los expertos es "por cuánto tiempo más disfrutará América latina de un crecimiento robusto", mientras dos requisitos del desarrollo sustentable continúan pendientes: mejor educación y mejor distribución del ingreso. La bonanza económica regional, estima el ex vicepresidente del Banco Mundial para América latina David De Ferranti -que también participó del informe- "duró más de lo que se pensaba", pero desaparecerá en cuanto los precios de los commodities , excepto el petróleo, empiecen a bajar, afirmó.

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