El Parlamento de Cuba inició ayer su última y más importante sesión del año con una silla vacía, la del convaleciente presidente Fidel Castro, y encabezada por el mandatario provisional Raúl Castro, que anteayer, en un sugestivo discurso, anunció que su estilo de gobierno estará basado en el debate para garantizar la continuidad de la revolución.
Fidel no sólo estuvo ausente, sino que su nombre apenas fue mencionado, y su falta, apenas justificada en la larga sesión, en la que los cubanos esperaban escuchar un mensaje del presidente.
El presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANNP), Ricardo Alarcón, abrió la reunión con un discurso en el que no explicó la ausencia de Fidel, quien el pasado 31 de julio cedió el mando, por primera vez en 48 años, a su hermano Raúl, tras ser operado de una hemorragia intestinal.
Fue el ministro de Economía, José Luis Rodríguez, el único que se refirió brevemente al líder cubano. "Siga usted trazando los nuevos derroteros del combate en esta tregua fecunda. Nosotros estaremos listos para cumplir sus órdenes y garantizar su obra con la fe en la victoria que siempre nos ha inculcado", dijo en el Congreso.
Un día antes de la reunión parlamentaria, Raúl, ministro de Defensa de 75 años, aseguró que no pretende imitar el liderazgo de su hermano, delineó su estilo de gobernar (discreto y abierto al debate) y advirtió que para que la revolución sobreviva, debe dar paso a las nuevas generaciones.
Esta es la primera vez que el gobierno interino aparece en pleno en la toma de decisiones, pues los seis hombres que Fidel designó para rodear a su hermano son miembros del Parlamento. Ellos son el canciller Felipe Pérez Roque, los vicepresidentes Carlos Lage y Esteban Lazo, y los ministros de Salud, José Ramón Balaguer; presidente del Banco Central, Francisco Soberón, y José Machado Ventura (del Partido Comunista).
Durante tres décadas, Castro fue el interlocutor principal en esos encuentros, con discursos maratónicos para delinear la política económica y social de la isla. Con uno de ellos, en diciembre de 2001, impuso récord de oratoria a nivel nacional, al hablar durante siete horas. Hace un año, en la última sesión de la Asamblea, emitió otro largo discurso sobre la "revolución energética", un programa de generación de electricidad y ahorro de combustible por el que se ahorraría más de un millón de dólares al año.
Esta es la segunda vez que Castro falta a la Asamblea, en 30 años de sesiones. La primera fue en 2002, cuando el mandatario publicó una carta en el diario Granma en la que explicaba que la "tiranía médica" le había impuesto un reposo de tres días por una inflamación en la pierna izquierda, debido a la picadura de un mosquito.
"No he tenido otra alternativa que obedecer, aunque me cause gran contrariedad poner fin al récord casi olímpico de no haber faltado un solo día, un solo minuto ni un solo segundo a las sesiones de la Asamblea Nacional desde que se fundó hace más de 25 años, de lo cual me sentí orgulloso", escribió en ese momento el líder cubano.
Continue leyendo el artículo que trae el diario La Nación de Buenos Aires
Fidel no sólo estuvo ausente, sino que su nombre apenas fue mencionado, y su falta, apenas justificada en la larga sesión, en la que los cubanos esperaban escuchar un mensaje del presidente.
El presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANNP), Ricardo Alarcón, abrió la reunión con un discurso en el que no explicó la ausencia de Fidel, quien el pasado 31 de julio cedió el mando, por primera vez en 48 años, a su hermano Raúl, tras ser operado de una hemorragia intestinal.
Fue el ministro de Economía, José Luis Rodríguez, el único que se refirió brevemente al líder cubano. "Siga usted trazando los nuevos derroteros del combate en esta tregua fecunda. Nosotros estaremos listos para cumplir sus órdenes y garantizar su obra con la fe en la victoria que siempre nos ha inculcado", dijo en el Congreso.
Un día antes de la reunión parlamentaria, Raúl, ministro de Defensa de 75 años, aseguró que no pretende imitar el liderazgo de su hermano, delineó su estilo de gobernar (discreto y abierto al debate) y advirtió que para que la revolución sobreviva, debe dar paso a las nuevas generaciones.
Esta es la primera vez que el gobierno interino aparece en pleno en la toma de decisiones, pues los seis hombres que Fidel designó para rodear a su hermano son miembros del Parlamento. Ellos son el canciller Felipe Pérez Roque, los vicepresidentes Carlos Lage y Esteban Lazo, y los ministros de Salud, José Ramón Balaguer; presidente del Banco Central, Francisco Soberón, y José Machado Ventura (del Partido Comunista).
Durante tres décadas, Castro fue el interlocutor principal en esos encuentros, con discursos maratónicos para delinear la política económica y social de la isla. Con uno de ellos, en diciembre de 2001, impuso récord de oratoria a nivel nacional, al hablar durante siete horas. Hace un año, en la última sesión de la Asamblea, emitió otro largo discurso sobre la "revolución energética", un programa de generación de electricidad y ahorro de combustible por el que se ahorraría más de un millón de dólares al año.
Esta es la segunda vez que Castro falta a la Asamblea, en 30 años de sesiones. La primera fue en 2002, cuando el mandatario publicó una carta en el diario Granma en la que explicaba que la "tiranía médica" le había impuesto un reposo de tres días por una inflamación en la pierna izquierda, debido a la picadura de un mosquito.
"No he tenido otra alternativa que obedecer, aunque me cause gran contrariedad poner fin al récord casi olímpico de no haber faltado un solo día, un solo minuto ni un solo segundo a las sesiones de la Asamblea Nacional desde que se fundó hace más de 25 años, de lo cual me sentí orgulloso", escribió en ese momento el líder cubano.
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