El presidente del Parlamento de Turkmenistán, Ovezgueldí Atáyev, es la primera víctima de la purga lanzada por las autoridades tras la muerte súbita del líder turkmeno, Saparmurat Niyázov, que estuvo 21 años en el poder. Atáyev, que según la Constitución debería haber asumido la presidencia en funciones tras la muerte el jueves de Niyázov, es acusado por la Fiscalía General de abuso de poder y conducta inmoral. El presidente interino, Gurbangulí Berdimujammédov, firmó anoche el decreto sobre la destitución de Atáyev, que será sustituido por la vicepresidenta del Legislativo, Akja Nurberdíeva, informó hoy la agencia Interfax. En una reunión extraordinaria del Medzhlis (Parlamento) los diputados votaron unánimemente a favor de la destitución, la retirada del acta de diputado, la apertura de un proceso penal y la detención de Atáyev.
De esta forma el jefe del Parlamento se convierte en la primera víctima de las luchas intestinas que se han desatado en el seno del régimen autoritario impuesto por Niyázov en este país de Asia Central, conocido como la "República del gas". Mientras Estados Unidos y la Unión Europea han expresado la esperanza de que Turkmenistán escoja la senda de la democratización, Rusia teme una nueva "revolución" en su patio trasero, similar a las ocurridas en Ucrania, Georgia y Kirguizistán, escenario en el que Moscú será el máximo perdedor. La corporación rusa Gazprom suscribió en septiembre pasado con las autoridades turkmenas un contrato por el que éstas se comprometieron a suministrar 50.000 millones de metros cúbicos de gas anuales en los próximos tres años. Gazprom, brazo ejecutor de la política energética del Kremlin, ha reconocido en varias ocasiones que le es más rentable comprar el gas a Turkmenistán que extraerlo de los yacimientos de Siberia.
China también es partidaria de conservar el status quo, ya que la Corporación Nacional de Petróleo de China (CNPC), la mayor petrolera del gigante asiático, obtuvo el pasado 21 de noviembre acceso a los yacimientos de gas turkmeno. En un intento de tranquilizar a sus vecinos, especialmente Rusia e Irán, y a Occidente, Berdimujammédov, de 49 años, ofreció garantías de que las nuevas autoridades cumplirán con los compromisos de suministro adquiridos por Niyázov. "Que los consumidores extranjeros de nuestro gas y petróleo no se inquieten. Valoramos nuestra reputación como un socio fiable y honesto. Turkmenistán cumplirá estrictamente todas sus obligaciones y ningún suceso afectará a nuestros suministros", dijo.
Turkmenistán, quinto máximo productor de gas natural del mundo y segundo en la comunidad pos-soviética tras Rusia, tiene además acceso al Mar Caspio, que acoge una de las mayores reservas de hidrocarburos del planeta. El nuevo hombre fuerte turkmeno, que también asumió la jefatura de las Fuerzas Armadas, confirmó anoche que Niyázov murió por "insuficiencia cardíaca", negando los rumores de que el dictador había sido asesinado. Esta es la conclusión de la autopsia realizada por una comisión médica estatal que incluía al prestigioso cardiólogo alemán, Hans Meissner, que operó a Niyázov en 1997. Con todo, Meissner matizó que el dictador, que murió a los 66 años, podría haber vivido varios años más si se hubiera sometido al tratamiento adecuado. Además, Berdimujammédov ya ha adelantado que mantendrá la misma política de "neutralidad" que Niyázov, que ha sido descrita por sus vecinos como "aislacionismo".
A pesar de las presiones de Moscú, Turkmenistán no pertenece a ninguna alianza militar, ya que el líder turkmeno aplicó una política de neutralidad desde la independencia de esta república centroasiática en 1991. Según la Constitución, el jefe de Estado en funciones, Berdimujammédov, no puede ser candidato en las elecciones presidenciales y está obligado a convocarlas en un plazo de dos meses, aunque nadie descarta un golpe de timón del nuevo líder turkmeno. La Asamblea Popular, máximo órgano del poder popular de esa república centroasiática, anunciará el martes la fecha de los comicios. Entre los candidatos los expertos mencionan al hijo varón de Niyázov, Murad, de 39 años, residente en Viena y que asumió en los últimos meses puestos de responsabilidad en el sector energético, y el jefe de su guardia personal, Akmurad Redzhépov. Niyázov, que fue nombrado en 1999 "presidente vitalicio" de Turkmenistán, impuso hasta su muerte un culto a su personalidad similar al de Kim Jong-Il en Corea del Norte.
Los primeros ministros ruso, Mijaíl Fradkov, y ucraniano, Víctor Yanukóvich, el consejero de Estado chino, Tang Jiaxuan, y varios jefes de Estado de la región asistirán a los funerales en honor de Niyázov que tendrán lugar mañana, domingo.
De esta forma el jefe del Parlamento se convierte en la primera víctima de las luchas intestinas que se han desatado en el seno del régimen autoritario impuesto por Niyázov en este país de Asia Central, conocido como la "República del gas". Mientras Estados Unidos y la Unión Europea han expresado la esperanza de que Turkmenistán escoja la senda de la democratización, Rusia teme una nueva "revolución" en su patio trasero, similar a las ocurridas en Ucrania, Georgia y Kirguizistán, escenario en el que Moscú será el máximo perdedor. La corporación rusa Gazprom suscribió en septiembre pasado con las autoridades turkmenas un contrato por el que éstas se comprometieron a suministrar 50.000 millones de metros cúbicos de gas anuales en los próximos tres años. Gazprom, brazo ejecutor de la política energética del Kremlin, ha reconocido en varias ocasiones que le es más rentable comprar el gas a Turkmenistán que extraerlo de los yacimientos de Siberia.
China también es partidaria de conservar el status quo, ya que la Corporación Nacional de Petróleo de China (CNPC), la mayor petrolera del gigante asiático, obtuvo el pasado 21 de noviembre acceso a los yacimientos de gas turkmeno. En un intento de tranquilizar a sus vecinos, especialmente Rusia e Irán, y a Occidente, Berdimujammédov, de 49 años, ofreció garantías de que las nuevas autoridades cumplirán con los compromisos de suministro adquiridos por Niyázov. "Que los consumidores extranjeros de nuestro gas y petróleo no se inquieten. Valoramos nuestra reputación como un socio fiable y honesto. Turkmenistán cumplirá estrictamente todas sus obligaciones y ningún suceso afectará a nuestros suministros", dijo.
Turkmenistán, quinto máximo productor de gas natural del mundo y segundo en la comunidad pos-soviética tras Rusia, tiene además acceso al Mar Caspio, que acoge una de las mayores reservas de hidrocarburos del planeta. El nuevo hombre fuerte turkmeno, que también asumió la jefatura de las Fuerzas Armadas, confirmó anoche que Niyázov murió por "insuficiencia cardíaca", negando los rumores de que el dictador había sido asesinado. Esta es la conclusión de la autopsia realizada por una comisión médica estatal que incluía al prestigioso cardiólogo alemán, Hans Meissner, que operó a Niyázov en 1997. Con todo, Meissner matizó que el dictador, que murió a los 66 años, podría haber vivido varios años más si se hubiera sometido al tratamiento adecuado. Además, Berdimujammédov ya ha adelantado que mantendrá la misma política de "neutralidad" que Niyázov, que ha sido descrita por sus vecinos como "aislacionismo".
A pesar de las presiones de Moscú, Turkmenistán no pertenece a ninguna alianza militar, ya que el líder turkmeno aplicó una política de neutralidad desde la independencia de esta república centroasiática en 1991. Según la Constitución, el jefe de Estado en funciones, Berdimujammédov, no puede ser candidato en las elecciones presidenciales y está obligado a convocarlas en un plazo de dos meses, aunque nadie descarta un golpe de timón del nuevo líder turkmeno. La Asamblea Popular, máximo órgano del poder popular de esa república centroasiática, anunciará el martes la fecha de los comicios. Entre los candidatos los expertos mencionan al hijo varón de Niyázov, Murad, de 39 años, residente en Viena y que asumió en los últimos meses puestos de responsabilidad en el sector energético, y el jefe de su guardia personal, Akmurad Redzhépov. Niyázov, que fue nombrado en 1999 "presidente vitalicio" de Turkmenistán, impuso hasta su muerte un culto a su personalidad similar al de Kim Jong-Il en Corea del Norte.
Los primeros ministros ruso, Mijaíl Fradkov, y ucraniano, Víctor Yanukóvich, el consejero de Estado chino, Tang Jiaxuan, y varios jefes de Estado de la región asistirán a los funerales en honor de Niyázov que tendrán lugar mañana, domingo.
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