Los intocables, personas excluidas de la sociedad india por estar fuera del sistema de castas, podrán acceder por fin a un templo de Orissa, al este de India, por la misma puerta que el resto de la población después de 300 años de prohibición, según cuenta hoy el periódico Hindustan Times.
Después de haber pasado tres siglos rezando a sus dioses a través de nueve agujeros abiertos en la pared del templo de Keradagada Jagannath, los "intocables" asistieron este domingo a la ceremonia de inauguración de una nueva entrada al templo, por la que podrán acceder a él junto a los miembros de las castas superiores. "Construir una nueva entrada fue una decisión de todos. El muro con los nueve agujeros por los que los intocables miraban al interior era un símbolo de discriminación", ha dicho el funcionario Suresh Mohapatra al Hindustan Times. Aunque el sistema indio de castas fue abolido por la Constitución de 1950, en la práctica siguen produciéndose situaciones de segregación y violencia contra los intocables. De hecho, la decisión de permitir una entrada conjunta fue el pasado diciembre, a consecuencia del apaleamiento sufrido en 2005 por un grupo de mujeres "dalit" (intocables) que se atrevieron a entrar en el templo y sufrieron la ira de los devotos de las castas superiores. Después de esa paliza, un consejo local de justicia obligó además a las mujeres a pagar una multa de 1.001 rupias (17 euros) para sufragar la purificación del templo después de su profanación. Los intocables llevaron los hechos a los tribunales, y la Corte Suprema de Orissa les dio la razón en diciembre, al defender que cualquier hindú, sin distinción de casta, tiene derecho a entrar en un templo para llevar a cabo sus plegarias.
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