El grupo islamista Fatah al Islam, que se está enfrentando con el Ejército libanés cerca de Trípoli, ha reivindicado hoy los dos atentados que sacudieron Beirut ayer y el pasado domingo. En el campo de refugiados de Naher el Bared, la artillería libanesa ha vuelto a bombardear por tercer día consecutivo para acabar con el grupo radical suní, que ha anunciado que "luchará hasta la última bala". Tras unas horas de tensa calma durante la noche, los disparos de tanques y morteros libaneses han despertado a la población de la vecina ciudad de Trípoli, la más grande del norte del país, con las primeras luces del día.
Todavía se desconoce si los nuevos bombardeos han causado más víctimas -tras los 50 muertos entre soldados y milicianos, más un número indeterminado de civiles, de los últimos días- mientras las televisiones muestran imágenes de negras columnas de humo alzándose en el cielo.
Fatah al Islam ha hecho público hoy un comunicado en el que anunció su disposición para luchar contra las tropas libanesas "hasta la última bala", según informo el canal de televisión qatarí Al Yazira. Ejército concedió ayer una breve tregua temporal para evacuar a los heridos y proveer de medicinas a los habitantes de Nahar al Bared, después de los contactos entre el Gobierno del primer ministro, Fuad Siniora, y los diferentes líderes políticos del país.
Sin embargo, en la tarde de ayer se recrudecieron los ataques al campo sin que hasta el momento haya indicios de que se ha conseguido aplastar a este grupo extremista suní, supuestamente inculado con la red terrorista Al Qaeda.
Más de 100 muertos
Más de 100 personas han muerto ya en el campo de refugiados de Nahar al Bared a comienzos del tercer día de enfrentamientos, según el muftí de la comunidad palestina en el Líbano, Salim al Lababidi. En una entrevista con el canal de televisión qatarí Al Yazira, el muftí (líder religioso que decreta las fatuas o edictos islámicos) apeló a los dirigentes libaneses, en especial a las Fuerzas Armadas, para que cesen el bombardeo sobre el campo, situado junto a la ciudad de Trípoli, en el norte del país. "La población del campo no tiene nada que ver con Fatah al Islam. Este bombardeo debería terminar, porque la mayoría de las víctimas son civiles", aseguró Lababidi.
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