Exactamente un minuto antes de las diez de la mañana, la puerta del Palacio de La Moncloa se abre y el presidente del Gobierno baja la media docena de escalones de la entrada. El coche en el que viaja solo el líder del PP, Mariano Rajoy, acaba de detenerse al pie de la escalera.
Zapatero se acerca a la portezuela y tiende la mano sonriente. "Buenos días, Mariano". Ambos se saludan cordialmente con la sonrisa pintada en los rostros y de cara a la nube de fotógrafos y cámaras de televisión. Después, juntos, hombro con hombro, entran en el 'confesionario'.
El encuentro que se prevé largo será a solas. No habrá ni asesores, ni jefes de gabinete ni secretarios generales. "Muchos querrían colarse", asegura una fuente de Presidencia, "pero hoy no toca. Hablarán ellos dos sin ninguna interferencia".
Ésta es la cuarta reunión en lo que va de legislatura entre el presidente del Gobierno y el líder del PP. De las tres anteriores, dos se produjeron en el Palacio de La Moncloa y una en el Congreso de los Diputados.
En ninguna de las citas celebradas en Presidencia del Gobierno, Rajoy ha aceptado dirigirse a los periodistas, al término del encuentro, en las dependencias 'monclovitas'. Siempre prefirió trasladarse a sus cuarteles, en la calle Génova, donde podía expresarse con más comodidad.
Hoy no será así, y en Moncloa lo interpretan como un buen augurio. El líder del PP explicará sus conclusiones e impresiones del encuentro en la propia Presidencia del Gobierno. Después, está previsto que comparezca el presidente del Ejecutivo.
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