La semana pasada quedó definida la nueva cúpula castrense con la que el presidente electo, Juan Manuel Santos, comenzará su mandato. Esto implica el retiro, a partir del próximo 7 de agosto, de la primera línea de mando de las Fuerzas Militares y, dentro de ella, de un general de cuatro soles: Freddy Padilla de León, su comandante saliente.
Culmina el general Padilla una exitosa carrera de más de 40 años en un punto muy alto. Bajo su responsabilidad de máxima cabeza de las Fuerzas Militares, desde el 2006 se dieron algunos de los más contundentes golpes contra las Farc, como las operaciones 'Fénix', 'Jaque' y 'Camaleón'. En estos cuatro años, fortaleció los componentes de inteligencia militar y de estrategia en los planes antiguerrilleros, así como los comandos conjuntos. La preponderancia que adquirieron se reflejó, entre otros logros, en esta seguidilla de acciones exitosas y espectaculares que le dieron la vuelta al mundo.
Primero como jefe del Estado Mayor Conjunto y después como comandante de las Fuerzas Militares, el general Padilla ha sido un protagonista de primera línea en el despliegue y consolidación, a lo largo de ocho años, de la política de seguridad democrática. Su nombre estuvo ligado desde la cúpula a los cambios operativos, estratégicos y de actitud que caracterizaron la reciente transformación militar. Por eso, el gobierno del presidente Uribe le ha expresado públicamente su gratitud en estos momentos de su retiro del servicio activo. De hecho, el Primer Mandatario ya le ofreció en días pasados la embajada de Colombia ante las
Naciones Unidas.
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