Desorientado con su socialismo del siglo veinte y uno y por la baja de su popularidad, el presidente Chávez realizó semanas atrás un viaje relámpago al mar de la felicidad para consultar el oráculo cubano y pedirle a Fidel unos consejitos para ver cómo puede manejar la situación en el país y así recuperar su credibilidad ante un pueblo que cada día lo repudia más.
Pero no solo la popularidad del Presidente ha bajado, también los dirigentes de su principal partido, el PSUV, están muy preocupados ya que muchos de sus integrantes que una vez creyeron en el proceso socialista continúan abandonando las filas de ese partido.
Barrios como el de Petare, el 23 de Enero y el Valle donde Chávez una vez gozó de popularidad, ahora comienzan a darle la espalda. Mientras en estados como Zulia, Táchira, Carabobo, Nueva Esparta y Miranda donde el Gobierno sigue tratando de comprar conciencia llevando millones de dólares, la oposición representada por varios movimientos y partidos democráticos mantiene una gran ventaja sobre los partidarios del Presidente.
Pero mientras Chávez pretende venderse como un hombre de convencimientos democráticos ante las instituciones liberales en el exterior, los llamados guardianes del Presidente y los grupos anárquicos junto a los de inteligencia cubana están listos para agredir a los venezolanos cuando éste dé la orden. Y es que como mencionó una vez Oswaldo Álvarez Paz por más que se tongonee a Chávez siempre se le ve el bojote. Este Presidente quien se viste de ovejita ya tiene sus planes de convertir al país en un paraíso comunista de la misma forma que lo hizo su mentor Fidel Castro con Cuba.
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