Con un abrumador resultado de 82 votos contra 15, el Senado de Estados Unidos dio este martes un contundente respaldo político a la ley para la legalización de más de 11 millones de inmigrantes indocumentados.
Aunque este es un primer trámite de un complejo procedimiento para permitir el debate de la legislación en el pleno, el abultado número de votos a favor, tanto demócratas como republicanos, dan prácticamente por segura la victoria en la votación final antes de la fiesta nacional del 4 de julio. Incluso algunos senadores que habían expresado su oposición a la proposición de ley según y cómo está redactada ahora votaron a favor de que se inicie el debate.
“Hay 11 millones de razones para aprobar una reforma migratoria de sentido común que arregla el actual sistema roto, 11 millones de historias descorazonadoras y de sufrimiento que deberían de motivar al Congreso a actuar”, declaró el líder de la mayoría en el Senado, Harry Reid, que advirtió contra las “píldoras envenenadas” en forma de enmienda que van a intentar introducir algunos senadores republicanos refugiándose en temas de seguridad fronteriza para evitar conceder la residencia permanente a nadie.
A pesar del temor de que en la votación final se descuelguen muchos republicanos, el martes se escenificó el primer intento de cambiar el estatus legal de 11 millones de personas por primera vez en más de una generación. El senador Chris Coons, demócrata de Delaware, calificó la ley como de “oportunidad que sucede una vez en cada generación que no podemos dejar pasar”. Tim Kaine, demócrata de Virginia, pronunció su discurso antes de la votación enteramente en español, a pesar de no ser conocido por su dominio de ese idioma, y finalizó diciendo que había llegado la hora de aprobar la reforma.
Mi Administración ha hecho todo lo que ha podido por su cuenta. Ahora es el momento de que actúe el Congreso”Barack Obama
Anticipándose a la votación, el presidente Barack Obama dijo por la mañana en la Casa Blanca que nada impedía que se aprobase una reforma de “sentido común” antes de que acabe el verano. “No hay razones para lo contrario”, informó el presidente advirtiendo de que los opositores a la iniciativa intentarían inyectar “miedo” en el debate que se acaba de iniciar. “Mi Administración ha hecho todo lo que ha podido por su cuenta. Ahora es el momento de que actúe el Congreso”, prosiguió el mandatario quien, una vez más, admitió que el proyecto no era perfecto. “El momento es ahora”, insistió Obama como en ocasiones anteriores cuando se ha referido a la necesidad de sacar adelante una ley de la que dijo que nadie iba a conseguir todo lo que quería. “Ni los republicanos, ni los demócratas ni yo mismo”, puntualizó.
El presidente del comité de Asuntos Jurídicos del Senado, el demócrata Patrick Leahy, declaró que dado “el impacto que este sistema defectuoso tiene en nuestra economía y nuestras familias, no podemos darnos el lujo de demoras”. La ley permitirá a la mayoría de los 11 millones de personas que residen en EE UU sin papeles solicitar la ciudadanía estadounidense en 13 años, añade 6.500 millones de dólares para reforzar la seguridad en la frontera con México, contempla exigir que todos los empleadores verifiquen el estatus legal de sus empleados y crea programas para trabajadores altamente cualificados, de baja cualificación y agrícolas, y amplía programas existentes.
El presidente de la Cámara de Representantes y líder republicano en el Congreso, John Boehner, manifestó su pretensión de tener lista la reforma de la ley a finales de este año aunque consideró que la versión propuesta por el Senado “no es suficiente”. “Estoy muy preocupado por el proyecto de ley en el Senado, especialmente en lo referente a la seguridad de la frontera”, finalizó.
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