Cada hora que pasa las cifras del balance de la tragedia en Asia crece. El impacto una de las más dramáticas
Nunca se sabrá el número de víctimas fatales del terremoto y el tsunami que afectaron a paises del sudeste asiático. La ONU calcula que la cifra de muertos termine por sobre los 150.000 muertos, pero duda de que se pueda fijar un balance preciso ya que el tsunami arrasó pueblos enteros, mientras el peligro de epidemias, la falta de agua potable, víveres, y la gravedad de miles de heridos amenazan con duplicar la cifra. La devastadora mezcla de un violento terremoto con el maremoto, agregan otras cifras dramáticas. Más de 6 millones de personas lo perdieron todo. Casi un millón fue desplazada. Los montos en daños materiales, según firmas de seguros, subirán los 35 mil millones de dólares. Y la floreciente industria turística sentirá directamente otro golpe.
La tragedia humana es tan grave que las autoridades de la Tailandia, Indonesia y la India dejaron de contar los muertos cuando ya llevaban más de 120.000. Esta decisión se tomó por la cantidad de cadáveres que son localizados cuyo número aumenta con tanta rapidez que les resulta imposible mantener una contabilidad precisa. Para hacer frente a las consecuencias del maremoto, la ONU señala que la comunidad internacional ha comprometido más de 1.100 millones de dólares en donaciones, incluyendo los 250 millones concedidos por el Banco Mundial y los 350 millones de EE.UU. Es una de las mayores movilizaciones de ayuda, pero que sigue siendo insuficiente por la cantidad de damnificados que dejó el tsunami. Socorrer los sobrevivientes, los heridos, es una carrera contra el reloj. El temor a que se desaten epidemias ha llevado a que los organismos internacionales de salud se empleen a fondo, para evitar que se propaguen el cólera, diarrea, tifus, ya que los centros asistenciales están colapsados con los heridos. Las tareas de rescate se han visto alteradas por las fuertes réplicas, con temblores que vuelven a provocar pánico y miedo en la población. Una tragedia de esta magnitud tiene tres directas consecuencias. La primera de ellas, la lamentable pérdida de vidas humanas. El número de heridos, desplazados, huérfanos que genera un crudo drama humano. Millones de personas lo perdieron todo. Segundo. Los daños materiales, y los montos que se requieren para la reconstrucción y tercero, el alto riesgo y probabilidad que las epidemias causen un número igual o mayor al del tsumani del sábado pasado.
Esta tragedia, revela lo poco proactivo que son los gobiernos, para hacer todo lo posible a su alcance para prevenir o disminuir el impactode estos fenómenos. Las Naciones Unidas ya habían establecido un plan de instalación de dos detectores de maremotos o "tsunamis". Faltaba la aprobación de las naciones afectadas y el financiamiento. El sistema hubiera dado en gran parte de las zonas por lo menos media hora para ponerse a salvo. Su Precio solo 500 mil dólares.
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