El primer ministro japonés, Shinzo Abe, ha anunciado que permanecerá en el poder pese a la histórica derrota de su formación, el Partido Liberal Demócrata (PLD), en las elecciones que renovaban este domingo la composición del Senado. Los resultados han supuesto un severísimo varapalo al bloque político liderado por Abe, que cedió el primer puesto en esa Cámara al opositor Partido Democrático, algo nunca visto desde 1955. A falta de que se adjudiquen 17 escaños, el PD se ha asegurado ya la mayoría en la Cámara Alta con 56 asientos frente a sólo 30 del gobernante PLD y siete de su socio del Nuevo Komeito, según el cómputo de las cadenas de televisión.
El ex presidente peruano Alberto Fujimori, que opta a un escaño del sistema proporcional en juego por el Nuevo Partido de los Ciudadanos (NPC), de momento no ha logrado su propósito y, en caso de que su fuerza obtenga uno de esos asientos, debería disputárselo a otros doce candidatos.
Japón ha celebrado este domingo elecciones para renovar la mitad del Senado (121 escaños, de ellos 48 por el sistema proporcional), un órgano que, aunque de menor importancia que la Cámara Baja donde el PLD tiene una cómoda mayoría, es decisivo para garantizar la gobernabilidad del Ejecutivo y para aprobar sus proyectos de ley. Desde su creación en 1955, el PLD sido el grupo con más escaños en la Cámara Alta, aunque en 1998 ya perdió la mayoría de forma temporal.
Meteduras de pata
Ahora, como se esperaba, los comicios han sido una dura derrota para Abe, que se enfrentaba a su primera gran elección nacional en diez meses de mandato caracterizado por las meteduras de pata, las acusaciones de corrupción y hasta el suicidio de un ministro. Pero el batacazo ha sido mayor de lo esperado, lo que puede azuzar los llamamientos internos dentro de su partido para que dimita, como ya ocurrió cuando en 1998 el PLD se quedó sin el número suficiente de escaños para garantizar su control de la Cámara Alta. Entonces, el PLD consiguió sólo 44 escaños, un número del que ahora se quedará lejos ese partido. De momento, el primer ministro nipón ha asegurado que no piensa dimitir ni disolver la Cámara Baja porque su intención es cumplir su "responsabilidad" como jefe de Gobierno, aunque ha dejado entrever que cambiará el Gabinete.
Por contra, el claro ganador de los comicios es el líder de oposición Ichiro Ozawa, un funambulista de la política que en 38 años ha estado en cuatro partidos, el primero de ellos, cómo no, el PLD. Ozawa, de 65 años y de una frágil salud que le obligará ahora a descansar unos días, había planteado estos comicios como un plebiscito, y antes de la campaña afirmó que dimitiría como líder de su partido si no derrotaba al LPD de Abe.
Esa estrategia parece haberle dado resultados junto al hastío de los japoneses por la falta de liderazgo de Shinzo Abe y los escándalos de corrupción que han jalonado el rumbo del Gobierno japonés.
Ahora está por ver si Shinzo Abe podrá acallar las voces disonantes que, a buen seguro, crecerán dentro de su propio partido. Shinzo Abe, hijo de ministro y nieto de primer ministro, sucedió el pasado 26 de septiembre al mucho más carismático Junichiro Koizumo tras ser elegido por el Parlamento y hasta ahora no había afrontado ninguna gran prueba electoral.
Sus diez meses de mandato han estado jalonados de problemas, que han hecho reducir la popularidad del 70% de la que disfrutaba al comienzo hasta apenas el 30% actual.
El golpe más serio recibido por el primer ministro japonés se produjo después de que saltara en julio a la luz pública que la Administración había perdido el registro de las aportaciones de 50 millones de contribuyentes a las pensiones públicas.
A esto se suma que en estos meses ha dimitido el ministro de Defensa, se ha suicidado el titular de Agricultura y su sustituto ha sido acusado de varios casos de corrupción, y que Shinzo Abe, en resumen, nunca ha despegado.
La participación en estos comicios, con tiempo nuboso en gran parte de Japón, era del 44,82% a media hora del cierre de los colegios, si bien se ha producido un sustancial aumento de los votos por correo, hasta los 10,7 millones o el 10,33% del censo.