El Congreso frente a una desición histórica

El diario La Razón de Bolivia, trae interesantes análisis sobre el cuadro político que se ha creado tras el anuncio del Presidente Carlos Mesa. A continuación las opiniones recogidas por el diario.

“El Congreso no está en condiciones de aceptar una renuncia de Mesa”
Eduardo Gamarra. Comentarista boliviano de la CNN: Yo creo que lo que ha pasado es un cálculo político del presidente Carlos Mesa muy interesante. Y la reacción del pueblo, si bien es espontánea, me parece que puede ser insuficiente, porque lo que ha sucedido en Bolivia en los últimos años va más allá de que si son activas las minorías y silenciosas las mayorías. El tema es que Bolivia es un país tremendamente dividido en términos de raza, en términos étnicos... y lo que me parece que puede darse en este contexto es un enfrentamiento entre una población de El Alto que está muy movilizada y esta población que estaría movilizándose para defender al Presidente. El otro problema es que me parece que el Congreso no está en condiciones actualmente de aceptar una renuncia de Mesa. Y acá quizá aparece más mi propia preocupación personal. Yo creo que lo peor que podría suceder, a pesar de todo, es la aceptación de la renuncia, porque los escenarios que siguen son la posibilidad de que suba al poder un político de los partidos tradiciones, Vaca Díez, o un señor del partido del ex presidente Sánchez de Lozada, y ambos están muy cuestionados tanto por las minorías activas como por la mayoría silenciosa.
Es una situación bastante tensa y, si es que el cálculo del Presidente es finalmente exitoso, va a generar un apoyo activo donde antes la gente simplemente esperaba que Carlos Mesa lograra mantener el control total de la situación del país.“Estamos asistiendo a una completa modificación del escenario político”

Álvaro García Linera. Analista y politólogo: Estamos asistiendo a una completa modificación del escenario político. El Presidente, a partir de su decisión, no sólo ha llevado a una actitud defensiva a los actores en el Parlamento, sino que también está obligando a una actitud más replegada de los actores sociales que estaban implementando la movilización. Ese apoyo que las encuestas manifestaban del 60 por ciento comienza a traducirse en un hecho político, que es la gente en las calles. Y ese hecho político, ya que el Presidente no tenía ni partido ni liderazgo en los movimientos sociales, le da ahora una nueva base de negociación y una base de empoderamiento ante una creciente pérdida que se vio en las últimas semanas. Todo esto da la posibilidad de que se traduzca en algo que devuelva al país estabilidad y gobernabilidad. Pero estos dos aspectos pasan porque el Parlamento, los movimientos sociales y los movimientos regionales, junto con el Ejecutivo, logren establecer un gran acuerdo político de transición. Un movimiento que, al mismo tiempo, garantice los dos grandes retos estructurales como son la Asamblea Constituyente y las autonomías, para que se divise una estabilidad gubernamental. Pero hay que estar muy atentos a las siguientes horas. La política se está concentrando en minutos y en horas y quien no se esté dando cuenta de ello puede estar muy descolocado y salir derrotado políticamente. Eso especialmente tienen que tenerlo en cuenta los líderes sociales, pues el escenario ha variado.“En estos momentos el país vive en una fase de suicidio colectivo”

Carlos Toranzo. Politólogo: Para viabilizar al país y para mantener la democracia hay que cumplir una agenda que haga posible el respeto al Estado de Derecho y que haga posible también que haya un Gobierno que realmente gobierne, que haya un Gobierno que nos dé la sensación de autoridad; es decir que los bolivianos podamos tener una idea sin más clara respecto del futuro que nos espera. No podemos vivir como los pasados 17 meses, o como en octubre, con la sensación de incertidumbre, sin saber qué va a pasar finalmente en el futuro. El pacto político no debe ser únicamente por este intento de renuncia del presidente Mesa, sino también porque todo el sistema político se ha caído desde el año 2002, en las elecciones, y ahora tenemos que entrar a generar las condiciones adecuadas para establecer ese nuevo pacto político y viabilizar así al país. Ojalá sea al menos por otras dos décadas para profundizar la democracia que actualmente tenemos. En estos momentos, el país está viviendo en una fase de suicidio colectivo. El Alto, por ejemplo, cuanto más radical se muestra en sus acciones, más ahuyenta a la inversión y las empresas que se están marchando para otros lugares. Pero es la hora de la responsabilidad. Es la hora también de implementar un nuevo pacto social para fortalecer el sistema productivo y para terminar, de igual manera, con las actuales confrontaciones en la calle.

PREVISIONES“ Una elección ahora no sería constitucional” Wálker San Miguel. Constitucionalista: Recuérdese lo que pasó con Gonzalo Sánchez de Lozada, cuando envió su renuncia al Congreso. Éste debía decir si aceptaba o rechazaba y la presión social fue la que en realidad determinó que los mismos partidos que estaban compartiendo el gobierno (MIR, NFR, MNR), junto con la oposición de ese entonces, hagan mayoría para aceptar la renuncia. El procedimiento es que después de la presentación de la carta de renuncia, la Cámara de Diputados y la de Senadores van a reunirse y debatir el tema. En determinado momento votarán.
Si no aceptan la renuncia, Mesa debe continuar con su mandato hasta el 2007. Pero el efecto político hará que se sienta con mayor fortaleza para enfrentar el Gobierno. Claro que tal medida de parte del Congreso implica una negociación política, pues es muy difícil que los congresales actúen sin previo análisis y sin un acuerdo político. Si se acepta la renuncia, la Constitución establece que la sucesión recae en el Presidente del Senado, el Presidente de la Cámara de Diputados y el Presidente de la Corte Suprema, en ese orden. Es muy poco probable que el presidente del Senado, Hormando Vaca Díez, asuma, porque no ha sido elegido para ese cargo y no podría responder en un momento tan delicado. Esto agudizaría más la crisis. La posibilidad de que el Congreso acepte la renuncia de Mesa y pida que se convoque a elecciones no es constitucionalmente posible. Para hacerlo tendría que haber un acuerdo político que obligue al cambio de la Constitución o a una realidad política inconstitucional, como fue en su momento la salida de Hernán Siles Suazo el año 1984