domingo, marzo 06, 2005

Perestroika: la perspectiva de una mirada

Periodismoglobal, el blog de Fernando Mesa, ha realizado un estudio comparado de un artículo que escribí hace 17 años, exatamente el 17 de julio de 1988, en el diario El Mercurio, sobre la perestroika, a partir de una pregunta ¿ La segunda revolución soviética?, y lo contrasta con el artículo escrito por el protagonista, el entonces líder de la Unión Soviética, Mijail Gorbachov. Para una autor, solo el agradecimiento a quién realiza el trabajo de comparar hechos históricos. Un debate que está abierto, sobre todo ahora que se realizará en Turín -Italia-, en encuentro -Foro-, para estudiar al impacto mundial de la Perestroika.

Recientemente, el diario italiano La Stampa publicó un interesante artículo sobre la Perestroika escrito por el ex presidente de la Unión Soviética, Mijail Gorbachov, en el cual rememora el proceso de transformación política que impulsó en su país con el propósito de rescatar la esencia del socialismo que inspiró la revolución de principios del siglo XX.Con motivo del vigésimo aniversario del inicio de esta "segunda revolución", que se conmemora el próximo 11 de marzo, y de un foro a realizarse en Turín sobre esta efeméride, quien tuviera en sus manos la difícil misión de llevarla a cabo, hoy, a 20 años de producida aquella "bisagra histórica", sostiene que lo sucedido no fue en vano y que cambió radicalmente el porvenir de la humanidad.Por eso, al leer el artículo, no puedo evitar citar una "visionaria" opinión redactada hace 17 años por el entonces Cónsul General de Colombia en Chile, Libardo Buitrago. El actual analista internacional, en una columna publicada el 17 de julio de 1988 en el diario El Mercurio, se atrevió a proyectar algunas claves referidas a un proceso que en aquella fecha sólo llevaba tres años desarrollándose. Y, sin embargo, tuvo la claridad para sostener que en aquel proceso se estaba produciendo una "segunda revolución" para mantener el sistema, pero más humanizado, y que tarde o temprano conduciría a una inevitable apertura democrática y a la modernización de la economía, a un considerable mejoramiento de los niveles de vida de la población soviética y a la necesaria recuperación del terreno perdido en materia tecnológica. Aspectos que el ex mandatario define en la siguiente frase: "Quienes promovieron la Perestroika se proponían humanizar y renovar el país gradualmente, a través de la democracia, en el ámbito de una opción socialista. (…) Nuestra iniciativa daba cuenta de un clamor en favor de la libertad de palabra, el pluralismo político y de las ideas".El analista, asimismo, advirtió que para el éxito de la Perestroika gran parte iba a depender del contexto internacional que se generara. Esto es, disminuir los niveles de tensión que por ese entonces había entre la URSS y Occidente, principalmente con EE.UU., para crecer en paz, lo cual Gorbachov reconoce claramente en La Stampa, al afirmar que uno de los principales objetivos era "modificar las relaciones internacionales hacia un nuevo orden que no sólo pudiera proceder en paz sino también afrontar políticamente los grandes desafíos que se planteaban -y siguen planteándose- ante la humanidad".Buitrago, Magíster en Ciencia Política y periodista con larga trayectoria en los medios, tuvo en esa ocasión una mirada clara. Sabía que los cambios que se estaban generando en la Unión Soviética irían moldeando las relaciones mundiales, tal como señala el ahora importante conferencista ruso: "Comenzaba a abrirse paso -aunque a través de mil obstáculos- una nueva idea del futuro común, una nueva visión de la convivencia, otro plano -cualitativamente distinto del poder- de las relaciones entre los pueblos, y aun entre los pueblos y sus gobernantes".Lo relevante de la mirada al proceso lanzado por Gorbachov, que hizo Buitrago, fue anticipar que inexorablemente el entonces máximo líder soviético, tendría que librar una dura batalla, entre los dos extremos que dominaban la escena soviética: los "ortodoxos", partidarios del "statu quo" Igor Ligachev, y los "liberales", encabezados por Boris Yeltsin. Esto en efecto ocurrió. Y la zigzagueante postura que tomó Gorvachov, unas veces apoyando a los "ortodoxos" y otras a los "liberales", le hicieron perder la brújula de su propósito, de llevar el cambio a la segunda revolución soviética. Quedar enfrascado en esas arenas movedizas, de los dos bandos, fue la señal que luego se traduciría en un choque inevitable, el fallido intento de golpe de estado, y el ocaso de Gorbachov para darle paso a la figura de Yeltsin.También se desprende del contraste entre el artículo de Buitrago en el diario El Mercurio con el análisis 20 años después que hace Gorbachov, que no se estaba en un proceso democrático en el entendido de la democracia liberal, como con anticipación celebraban en Occidente, sino transformando la política interna de la Unión Soviética para modernizarla a través de una segunda revolución socialista. Y esto no es un matiz, es la gran conclusión que nos dejan estos artículos.A veces, vale la pena revisar el presente a la luz del pasado…

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