Banco Mundial y FMI cambian de enfoque: del terrorismo al crudo

El Fondo Monetario Internacional y Banco Mundial han cambiado de enfoque en su más reciente reunión: En apenas seis meses, los altos precios del crudo han desplazado al terrorismo como la mayor amenaza para la economía mundial. Hasta la asamblea de gobernadores del Fondo Monetario Internacional y Banco Mundial de septiembre, el terrorismo había dominado la agenda de ambas instituciones al tomarlo como amenaza de su viejo interés por avanzar los temas de la lucha contra la pobreza. En el encuentro de este fin de semana, los ministros han volteado la página para abordar preocupaciones de un descarrilamiento de la economía mundial por precios del crudo que podrían llegar hasta los 100 dólares por barril, el doble de su cotización la semana pasada. "El terror ha tocado nuestras puertas", dijo el presidente del Banco Mundial James Wolfensohn ante la asamblea de gobernadores en septiembre indicando que la globalización podía sufrir demoras y hasta una reversión debido al terrorismo. "Los precios del petróleo son una fuente de alto riego", afirmó seis meses después ante la misma asamblea expresando esta vez su preocupación por ese factor al cual el Fondo ya atribuye un menor crecimiento mundial de entre el 0,2 y 0,5% en lo que va del año. La notoriedad del terrorismo y luego de los altos precios del petróleo puede llev ar a pensar que los delegados dejaron de concentrarse totalmente en el reto de la inclusión, la importancia del desarrollo extendido y un equilibrio entre ricos y pobres como temas regulares de estas asambleas. Pero, no ocurrió totalmente así. En medio de las preocupaciones por el petróleo, los países latinoamericanos buscaron un espacio para decir a las naciones ricas que no están cumpliendo con sus promesas de ayuda para reducir la pobreza mundial extrema a la mitad hacia el 2015. En su informe al Comité Financiero y Monetario Internacional, el órgano que fija las políticas del FMI, el director gerente Rodrigo de Rato no tuvo una sola mención al terrorismo. Wolfensohn, quien dejará el cargo a partir del 1 de junio, sólo lo citó una vez, cuando dijo que el lavado de dinero y la lucha contra el financiamiento del terrorismo "también es una preocupación especial". El G-7, conformado por las naciones más ricas del mundo, entre ellas Estados Unidos, le dedicó al terrorismo apenas dos líneas en el último párrafo de su comunicado emitido al término de una reunión ministerial el viernes. "En nuestra lucha contra el financiamiento de terroristas, coincidimos en la importancia de mejorar el proceso de congelación de los bienes de terroristas en línea con las resoluciones de las Naciones Unidas", dijo. Pero, en cuanto al crudo, los ricos se declararon en "observación permanente" y prometieron emprender "acciones vigorosas" para evitar distorsiones en la economía mundial.