Por César Montúfar, artículo en el diario El Comercio de Quito.
El presidente Alfredo Palacio tiene dos alternativas. La una es transitar el camino de siempre; buscar un arreglo con los grupos de poder, alcanzar alguna estabilidad e intentar un Gobierno de sobrevivencia que permitirá recomponer las alianzas y repartos de poder que quiso desbaratar Gutiérrez, casi lográndolo. La segunda alternativa es pensarse como un Gobierno de transición hacia un recambio de la dirigencia política, hacia la instauración de nuevas prácticas y nuevos sentidos de lo público; transición hacia el establecimiento de un nuevo marco constitucional y jurídico en donde la participación y el control social de la ciudadanía, pasen de ser una actitud cívica a un pilar de funcionamiento de la polis democrática. Para acompañar a Palacio en el recorrido de la primera alternativa, el Presidente tiene a la minoría poderosa que ha desgobernado el Ecuador en estos 25 años de democracia limitada, a los partidos políticos y políticos profesionales, a muchas clientelas y grupos corporativos, a las autoridades seccionales que viven de las migajas del centralismo.
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