martes, abril 19, 2005

Las reglas del voto, el estricto secreto y la convivencia obligada

Si los 115 no se ponen de acuerdo en un nombre con una mayoría de dos tercios (77 votos) tras otras 12 votaciones en tres días, el viernes será dedicado a la oración, a nuevas reuniones y a una exhortación apostólica a las eminencias para que superen las divisiones en bien de la Iglesia. El sermón estará a cargo del protodiácono, el chileno Jorge Medina Estévez, quien también será el encargado de anunciar la elección del nuevo pontífice desde el balcón de las Bendiciones de la basílica, con la celebre fórmula: ¡Habemus Papam!. Los cardenales saben que no deben perder tiempo porque la imagen de unidad de la Iglesia quedaría hecha trizas si las votaciones se suceden con otras tantas fumatas negras. Las normas aprobadas por Juan Pablo II disponen escrutinios y pausas hasta sumar 34 votaciones. En ese momento crítico, los cardenales quedan en libertad de disponer el voto por mayoría simple de 58 sufragios.

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