martes, junio 28, 2005

Expertos argentinos y de EE.UU. hallan un antibiótico contra la tuberculosis

Un equipo de científicos, liderados por el argentino Luis Quadri, desarrolló en los Estados Unidos un nuevo antibiótico para tratar la tuberculosis, la enfermedad respiratoria que todavía mata a 5.000 personas por día en el mundo. El antibiótico —que no está aún disponible para los pacientes— es el resultado de una investigación básica que había empezado más de un año y medio atrás. Y mereció ser difundido en uno de los últimos números de la revista Nature Chemical Biology. Podría llegar a ser una alternativa para enfrentar el problema de los casos de pacientes con tuberculosis resistente a los medicamentos que ya se usan. Y también podría ser una opción como tratamiento para la peste bubónica, que se transmite a través de moscas o insectos infectados. Serviría tanto para la tuberculosis como para la peste bubónica porque el antibiótico bloquea una enzima que comparten las bacterias que causan esas enfermedades. El compuesto hace que las bacterias no crezcan. Cuando hay una infección, hay como una lucha entre el cuerpo humano y las bacterias para acceder al hierro. Los microorganismos también lo necesitan y para conseguirlo echan mano de una enzima que les permite producir y liberar unos compuestos, llamados sideróforos.Esos compuestos se unen al hierro. Y las bacterias capturan el complejo formado por los sideróforos y el hierro. Así, el hierro pasa al interior de las bacterias. Gracias a esta compleja treta, ellas crecen en el organismo. Ya en 1998 se había identificado a la enzima que ayudaba a las bacterias a generar ese mecanismo. Lo que ahora logró el grupo de Quadri —integrado también por los argentinos Julián Ferreras y Federico Di Lello y otros dos expertos del Memorial Sloan-Kettering Cancer Center—, fue un antibiótico que puede bloquear la actividad de esa enzima. Para dar con el antibiótico, averiguaron primero si el compuesto inhibía la reacción catalizada por la enzima. Más tarde, también demostraron que el compuesto hace que las bacterias (tanto la de la tuberculosis como la de la peste) no produzcan más sideróforos. Al final, obtuvieron evidencias para afirmar que el antibiótico frena el crecimiento de las bacterias en medio de cultivo con bajo contenido de hierro. Por supuesto, desde la investigación básica hasta la fabricación de un medicamento concreto hay un gran trecho. "Es prematuro hablar de una aplicación clínica inmediata", opinó Quadri."Por el momento, nuestros próximos pasos serán tratar de desarrollar variantes del compuesto inicial que tengan una actividad inhibitoria aun más potentes", adelantó. Además, Quadri, de 40 años, informó que su grupo trabajará con modelos de las enfermedades basados en animales de laboratorio.En la actualidad, hay cinco medicamentos básicos para combatir la tuberculosis, que se dan de manera combinada. La frecuencia de sus tomas y la duración del tratamiento depende de cada caso. Tomado a tiempo, el paciente con tuberculosis puede curarse y evitar complicaciones.Pero no es fácil. Algunas cepas son resistentes a más de un medicamento como consecuencia de que los pacientes no completan el tratamiento en su totalidad o porque los médicos les recetan una medicación equivocada, según las explicaciones de la Organización Mundial de la Salud. Por esas razones, las bacterias consiguen eludir el poder de los antibióticos y los vuelven ineficaces en ciertos casos."Desde la perspectiva de la salud pública, un tratamiento contra la tuberculosis poco supervisado o incompleto es peor que no tener tratamiento", considera la OMS en uno de los documentos dedicados a la enfermedad. Ya se detectó que 4 por ciento de los nuevos casos anuales en Europa del Este, Latinoamérica, Africa y Asia corresponden a tuberculosis multirresistente.

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