La prensa de Bolivia en sus editoriales del día de hoy, llaman a un Acuerdo Nacional, para darle serenidad al país en sus horas más difíciles. El diario Los Tiempos, en su línea editorial trae lo siguiente:
La nación requiere reencauzarse por el sendero del orden y el respeto a la juridicidad para reparar su malograda institucionalidad y echar a andar su aparato productivo en deplorable postración.
La toma de posesión del magistrado Eduardo Rodríguez Veltzé en el cargo de Presidente Constitucional de la República y su llamado a un gran acuerdo nacional para abordar entre gobernantes y gobernados, con convicciones firmes y posibilidades reales los desafíos que tiene enfrente el país, puso fin a la crisis política que lo mantenía al borde del despeñadero.
Al término de casi tres semanas de convulsión centralizada principalmente en el departamento de La Paz, así como de horas en que la ciudad de Sucre perdió su habitual apacibilidad quizá desde la gesta libertaria de 1825, en efecto, la resignación de los titulares del Senado y la Cámara de Diputados a la prelación sucesoria prevista por la ley fundamental que debió observarse ante la renuncia de Carlos Mesa a la primera magistratura, permitió la solución que demandaba una significativa porción de la población en medio de actos de violencia que cobraron una víctima fatal en las cercanías de la capital, tras haber asfixiado a la sede de gobierno desde principio de mes, fruto de movilizaciones que tendían a extenderse a lo ancho y largo del territorio.
La nación requiere reencauzarse por el sendero del orden y el respeto a la juridicidad para reparar su malograda institucionalidad y echar a andar su aparato productivo en deplorable postración.
La toma de posesión del magistrado Eduardo Rodríguez Veltzé en el cargo de Presidente Constitucional de la República y su llamado a un gran acuerdo nacional para abordar entre gobernantes y gobernados, con convicciones firmes y posibilidades reales los desafíos que tiene enfrente el país, puso fin a la crisis política que lo mantenía al borde del despeñadero.
Al término de casi tres semanas de convulsión centralizada principalmente en el departamento de La Paz, así como de horas en que la ciudad de Sucre perdió su habitual apacibilidad quizá desde la gesta libertaria de 1825, en efecto, la resignación de los titulares del Senado y la Cámara de Diputados a la prelación sucesoria prevista por la ley fundamental que debió observarse ante la renuncia de Carlos Mesa a la primera magistratura, permitió la solución que demandaba una significativa porción de la población en medio de actos de violencia que cobraron una víctima fatal en las cercanías de la capital, tras haber asfixiado a la sede de gobierno desde principio de mes, fruto de movilizaciones que tendían a extenderse a lo ancho y largo del territorio.
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