Se agrava la crisis en Brasil y el PT está por fracturarse

La zaga de denuncias contra la cúpula gubernamental brasileña sigue in crescendo. Ayer, fueron muy fuertes los rumores sobre quién puede ser la próxima ficha del dominó a caer empujada por las investigaciones sobre la corrupción en el gobierno del presidente Lula da Silva. Se trata del ministro de Hacienda, Antonio Palocci, considerado hasta ahora un "intocable". Esto provocó desánimo en la bolsa de San Pablo, que vivió un retroceso de 1,9%. Mientras crecían las versiones acerca de nuevas revelaciones "explosivas" de las revistas semanales, ayer el ex ministro y brazo derecho de Lula, José Dirceu, ahora diputado, volvió a mostrarse desafiante ante amigos y adversarios. Sin ningún atisbo de culpa por la crisis política en la que se sumió el gobierno, en la que tuvo una participación relevante, dijo que él no sabía a quienes se refería el presidente brasileño cuando dijo, el viernes pasado, que había líderes de su partido que lo habían "traicionado" por haber incurrido en prácticas ilegales para financiar las actividades partidarias.Según Dirceu, no es él, sino Lula quien debe señalar los nombre de los eventuales "traidores". Por su lado, el ex hombre fuerte no se sintió tocado y aseguró que no va a renunciar a su mandato de diputado y que menos aún abandonará la dirección del Partido de los Trabajadores. Allí revista entre los integrantes de mayor nivel partidario y pretende ser reelegido en ese puesto, cuando el 18 de setiembre el partido proceda a votar las próximas autoridades. En cuanto a Palocci, las versiones de ayer indicaban que las revistas semanales brasileñas pueden traer este fin de semana revelaciones explosivas. Por lo pronto, ayer fue detenido su ex asesor Rogério Tadeu Buratti, un abogado que lo acompañó hasta 2002 durante su gestión como intendente de Riberao Preto (una importante ciudad paulista). Dicen que el hombre puede abrir la boca. Al parecer ya llegó a un "acuerdo de delación" para reducir el tiempo que deberá pasar tras las rejas por un proceso de corrupción. Buratti prometió decir "todo lo que sabe" sobre las operaciones "non sanctas" en las que podría haber incurrido su ex jefe Palocci. Este nuevo frente es lo que provoca insomnio en el Palacio del Planalto (la casa de gobierno brasileña) por el impacto irreversible que tendría sobre la economía del país y, en esa línea, sus previsibles consecuencias políticas. Pero al gobernante Partido de los Trabajadores lo que más le preocupa es la actitud desafiante del ex ministro Dirceu. Se afirma que el presidente de la agrupación, Tarso Genro, pidió al diputado que abandone el proyecto de seguir en la dirección partidaria lo que ayudaría al núcleo dirigente actual a demostrar a las bases que el PT realmente quiere cambiar.La crisis política no sólo produjo la caída de Dirceu y la salida de otros ministros del gobierno. Se llevó por delante a toda la cúpula del PT, entre ellos, el ex presidente de la agrupación José Genoino y el ex tesorero Delubio Soares. Más fuerte que todo eso es la fractura que se insinúa en la agrupación. Muchos analistas políticos, desde la izquierda a la derecha, consideran inminente la ruptura en varios pedazos del principal partido de la izquierda democrática del continente.