sábado, agosto 20, 2005

Washington y Latinoamérica, ¿como en los tiempos de la Guerra Fría?


Artículo originalmente del diario The New York Times, que trae reproducido El Clarín de Buenos Aires:

La visita esta semana del secretario de Defensa Donald Rumsfeld, a América latina tuvo el aire de una misión propia de los tiempos de la Guerra Fría, cuando los funcionarios norteamericanos creían que su principal tarea consistía en advertir a los gobiernos del hemisferio sobre las insurgencias izquierdistas y la infiltración comunista. En sus visitas a Paraguay y a Perú, Rumsfeld y sus colaboradores advirtieron sobre la postura, a su entender problemática, del presidente Hugo Chávez de Venezuela y el viejo enemigo de Washington, Fidel Castro. Todo era muy distinto hace un año, cuando Rumsfeld visitó la región pidiendo colaboración contra los grupos terroristas islámicos. Entonces, él y otros funcionarios norteamericanos decían que existían pruebas de que militantes islámicos podrían estar utilizando las fronteras porosas de la región para desplazar gente, armas y dinero. Dos altos funcionarios del Departamento de Defensa que viajaron con Rumsfeld, dijeron que las preocupaciones tras el 11-S sobre grupos islámicos que operaban en la zona de la Triple Frontera, donde se unen las fronteras de Argentina, Brasil y Paraguay, habían mermado. Estos temores fueron reemplazados, según los funcionarios, por preocupaciones más familiares, como los presidentes venezolano y cubano. Como en la Guerra Fría, lograr que la región adopte el modo de pensar de Washington está resultando difícil. El objetivo inicial de Rumsfeld en Perú y Paraguay era reunir apoyo para aislar a Chávez. Pero la visita sirvió de recordatorio de lo resistente que es América latina a la presión ejercida por Washington. Las fuentes norteamericanas dijeron que Chávez, a veces con ayuda cubana, estaba respaldando movimientos izquierdistas en Bolivia y en otras zonas de la región. Agregaron que, junto con los problemas crónicos de América latina —corrupción, narcotráfico y pandillas—, los esfuerzos de Chávez y Castro amenazaban con mayor inestabilidad. Cuando le preguntaron si compartía la visión norteamericana sobre las actividades de Venezuela y de Cuba en el hemisferio, el presidente peruano, Alejandro Toledo, respondió: "En la región existe una responsabilidad compartida de intentar construir y establecer la democracia". Los gobiernos de muchos de los países más grandes de la zona son de centroizquierda y ven poco rédito en un enfrentamiento con Chávez, un importante productor de petróleo, o Cuba. Algunos son escépticos sobre las advertencias de Washington, tanto como desconfiaban el año pasado de su llamada de atención sobre la amenaza seria que planteaban los militantes islámicos. El presidente Nicanor Duarte Frutos, de Paraguay, recientemente ordenó a 700 médicos cubanos que dejaran su país por la sospecha de que participaban en actividades contra el gobierno. Pero el estrecho vínculo de Asunción con el ejército norteamericano sigue siendo polémico en gran parte de la región.

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