El ministro del Petróleo de Arabia Saudí, Ali al-Naimi, ha revelado hoy que el reino del Golfo Pérsico podrá pronto demostrar que posee el doble de reservas de crudo aún sin explotar. La trascendencia de esta declaración, si se confirmase, sería enorme, ya que es el primer productor mundial de crudo, y sus reservas actuales se estimaban en 264.000 millones de barriles. El mercado IPE de Londres ha reaccionado con una caída del 0,9%. "Las investigaciones actuales de las reservas de Arabia Saudita y la actividad de exploración enfocada sugieren que pronto podremos incrementar nuestras reservas probadas de petróleo en 200.000 millones de barriles usando la última tecnología", ha afirmado Naimi en el Congreso Mundial del Petróleo, en Johanesburgo. Estas declaraciones son insólitas por cuanto Arabia Saudí venía siendo muy reticente a declarar la cantidad de crudo que posee en su subsuelo, y se producen en medio de una nueva espiral alcista del precio del crudo, que ha llegado a alcanzar máximos las pasadas semanas ante el impacto de los huracanes Katrina y Rita en la industria petrolífera del Golfo de México, en Estados Unidos. Naimi ha explicado que este aumento se produce gracias a las nuevas técnicas de prospección, y ha expresado que su país es optimista sobre la posibilidad de que, en el futuro, se puedan demostrar incrementos de reservas aún mayores. El final del petróleo, la profecía que no se cumple (aún). Las reservas de crudo en el planeta son limitadas. Esta afirmación no se discute por nadie. Lo que sí genera una viva y continua polémica entre la industria petrolífera y los grupos ecologistas de todo el mundo no es el qué, sino el cuándo. El final de la era de los combustibles fósiles ha sido un horizonte negro que unos y otros se han encargado de alejar o acercar según el caso, y que si en 1970 se fijaba en el año 2000, se ha ido alejando hasta el 2040. Eso, hasta el anuncio de hoy, ya que las reservas mundiales, en torno al billón de barriles, crecerían hasta 1.200.000 si lo que dice Arabia Saudí es cierto, y si el consumo de los países emergentes crece como se espera. El problema para fijar el final del reinado los hidrocarburos está en que con cada pozo que se agota, nace una nueva tecnología que encuentra otro intacto, invisible hasta entonces, y otra que permite, por vez primera, extraer el mineral. Así que los amantes de los pronósticos arriesgados están de enhorabuena: tienen trabajo para medio siglo más, como mínimo.
Fuente: El País de España
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