domingo, febrero 26, 2006

La conquista de Marte es planteada como necesaria para garantizar supervivencia de la humanidad


Sin embargo, hay muchas barreras para hacerla realidad: podría tardar más de 50 años en lograrse, y costaría más de US$500 mil millones. Aun así, Estados Unidos ha comenzado a dar los primeros pasos hacia lo que es visto desde ya como la expedición más ambiciosa en la historia de la humanidad: conquistar Marte. Desde enero del 2004, cuando el presidente George W. Bush anunció que el "nuevo curso" de la exploración espacial era llevar una misión tripulada hasta el Planeta Rojo, científicos de la Nasa, de las más variadas disciplinas, han estado trabajando casi en secreto en el proyecto, que hoy se conoce como Visión. En principio, se trata de diseñar una cápsula-cohete en el que viajarían seis astronautas. El viaje hasta Marte, que está a una distancia variable de la Tierra –unos 50 millones de kilómetros, en promedio–, tomaría seis meses en completarse. Una vez en suelo marciano, la tripulación permanecería otros 18 meses en el planeta realizando experimentos an-tes de regresar a la tierra. En total, dos años y medio en el espacio, un récord absoluto pues el tiempo máximo de permanencia de un hombre en la ingravidez es de 366 días (un año). Bajo los planes de la Nasa, primero se intentarían varias misiones de práctica hasta la Luna de aquí al 2020 para luego si poner los ojos en el distante e inhóspito Marte. Según muchos, Visión ha sido solo un esquema publicitario de Bush para relanzar su presidencia. "Una propuesta poco seria y solo exitosa en la medida en que suena magnánima y se roba titulares de prensa", predijo el diario Washington Post en ese momento. Sin embargo, con el paso de los meses, la aventura ha ido tomando forma. Ya el Congreso aprobó los primeros 100 mil millones de dólares para financiar los preparativos de la expedición durante los próximos 15 años. Y esta semana, el propio Bush le pidió al legislativo seguir apoyando la idea.
Cuestión de supervivencia
En los medios, al comienzo muy escépticos, también ha comenzado a sonar. De hecho, la revista Rolling Stone le dedica al tema más de siete páginas en su más reciente edición. El viaje, por supuesto, plantea innumerables retos, según la publicación. Desde detalles técnicos, como la producción de agua potable para sostener a la tripulación durante el tiempo de estadía o el combustible que necesitarán para el viaje de regreso, hasta problemas sicológicos, pues es incierto cómo reaccionará la tripulación a un encierro tan prolongado.. Incluso, la respuesta a mu-chas de estas dificultades yace en el futuro pues la tecnología que se requiere aún esta por desarrollarse. Pero lo que más sorprende del fascinante proyecto es la filosofía que lo alimenta. "La supervivencia de la raza humana dependerá de nuestra habilidad para domar el arte de los viajes espaciales. Puede que sea por el impacto de un asteroide, o porque acabamos con todo los recursos naturales de la Tierra. Pero la civilización humana tendrá, tarde o temprano, que expandir su frontera", dice el astronauta y físico de la Nasa, Ed Lu, como si se refiriera a un guión de una película de Hollywood. Por ello, la idea tras Visión no es simplemente poner a un hombre en Marte sino crear colonias, verdaderas ciudades en el espacio que sostengan por sí mismas. "A la larga, no podremos sobrevivir en un solo planeta. Algún día, no se cuando, pero algún día, habrá más humanos viviendo en el espacio que en la Tierra", sostiene Mike Griffin, quien es director de la Nasa. Para él, como para muchos en la agencia espacial, Marte es el primer paso en esa dirección.
ANTES DE EMPRENDER LA MISION LO QUE HAY QUE TENER EN CUENTA:
Detalles para tener en cuenta, antes de iniciar la conquista
¿Qué comerán los astronauntas? ¿Podrán tener sexo? ¿Con quién? ¿Les durará lo suficiente la gasolina? ¿Cómo mantener el sexo intergalactico? ¿Cómo evitar que seis astronautas recluidos por largo tiempo en una caja de sardinas se maten unos a otros? Ese es uno de los retos más complicados de la misión, porque depende de la misma naturaleza humana. El tema ha sido estudiado por decenas de sicólogos y la conclusión es que en la selección de los astronautas no primará su sapiencia como tales sino su capacidad de adaptación a situaciones extremas. Se inclinarán por personas con experiencia en acampar, que hayan estado expuestas a largos períodos de soledad y recursivas en las dificultades. Lo que sí no saben aún es como manejar el sexo o su ausencia. Tendrán que considerar la ‘locura’ de los tripulantes que se privarían de tener relaciones sexuales durante dos años y medio. El año pasado, un astronauta ruso, que llevaba tres meses aislado, trató de besar a la fuerza a una científica de Canadá en la Estación Espacial Internacional. A ella la tuvieron que encerrar varias horas mientras el ruso se calmaba. Por eso la Nasa estudia con cuidado la composición del equipo.
A beber agua de orina
Dado que en Marte no encontrarán nada con qué alimentarse, los astronautas deberán producir buena parte del agua y los alimentos necesarios para sobrevivir los dos años y medio que, en total, duraría la misión. Para lo primero han diseñado un dispositivo que recoge orina evaporada y la convierte en agua potable, pero quienes la han probado dicen que sabe terrible. Para solucionar el problema de la comida, se hacen pruebas para sembrar plantas en espacios reducidos y con ingravidez. El trigo es una de las que arrojan mejores resultados. Estas plantas darían parte del oxígeno que los expedicionarios necesitarán. Entre la radiación y la atrofia muscular. Un tercio de su peso en la Tierra tendría cualquier cuerpo trasladado a Marte, debido a su poca fuerza de gravedad. Un día solar dura allí 39 minutos más. Exponer a una persona a la ingravidez, durante un período tan prolongado (los seis meses de ida), generaría atrofia muscular y por ende una reducción de la densidad de los huesos. De no encontrar una solución a este problema, los astronautas no podrían sobrevivir una vez lleguen a Marte, donde de nuevo habrá gravedad. Para mantener la musculatura están diseñando un sistema de pesas que genera resistencia a través de la succión, una bicicleta estática con campo electromagnético y una caminadora que amarra al astronauta con arneses para producir fricción. Temen, además, que la alta exposición a la radiación solar eleve las posibilidades de cáncer entre los tripulantes. Para tratar de solucionar el problema, trabajan en la construcción de un material muy parecido al que utilizan los bombarderos invisibles Stealth, con el cual forrarían las naves espaciales.
Sin combustible suficiente
No existen actualmente propulsores lo suficientemente poderosos como para sacar de la órbita de la Tierra una nave espacial tan pesada como la que está prevista para la misión al Planeta Rojo. De allí que la Nasa considera la posibilidad de dividir la estructura en tres partes que se llevarían al espacio en lanzamientos separados y posteriormente hacer el proceso de ensamblaje allí. Aun así, se requeriría lanzar una segunda nave espacial para que cargue los equipos y los alimentos. Las naves, en todo caso, no podrían despegar con el combustible suficiente para ir y volver de Marte. En otras palabras, tendrán que producir el combustible en el espacio. Para solucionar este inconveniente, se estudian varias posibilidades: un dispositivo nuclear, paneles solares, una burbuja magnética gigante que se alimentaría de los vientos solares, entre otras. Si bien alguna de ellas le permitiría a la tripulación llegar a Marte, ésta tendría que encontrar una nueva fuente de energía para despegar y regresar.
Fuente: Diario El Tiempo de Bogotá.

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