La marcha de la economía en América latina fue "decepcionante" en las últimas décadas y la región debe afrontar seriamente el problema de la pobreza si quiere alcanzar un mayor crecimiento y no quedar demasiado rezagada respecto de China y otras economías dinámicas de Asia. La advertencia es parte del informe "Reducción de la pobreza y crecimiento: círculos virtuosos y círculos viciosos", elaborado por el Banco Mundial (BM) y difundido recientemente. En efecto, según el estudio, la persistencia y extensión de la pobreza impiden crecer a tasas altas y sostenibles en el tiempo a la región, en la que el 25 por ciento de la población -esto es, unos 135 millones de personas- vive con menos de dos dólares diarios. El informe califica de "modesta" la tasa promedio regional del 4,2 por ciento de aumento del PBI en 2005, comparada con las tasas de países como China (9,9 por ciento), la India (7,6 por ciento) y los llamados "tigres asiáticos" que los precedieron (Corea del Sur, Singapur, Hong Kong y Malasia), con tasas similares. Asimismo, el trabajo marca diferencias entre distintos países de la región. Señala que Chile y Uruguay presentan los índices más bajos de pobreza (5 por ciento en cada caso), seguidos por Costa Rica (9 por ciento). En la Argentina -según el informe-, un 16 por ciento de la población vive con menos de dos dólares diarios. En el otro extremo, está Haití, donde el BM estima que alcanzarían entre el 73 y el 83 por ciento los habitantes en esa situación. Lo siguen Bolivia, Ecuador, Honduras, El Salvador, Guatemala y Jamaica, con cerca del 40 por ciento cada uno. Por otra parte, el BM afirma que "transformar al Estado en un agente que promueva la igualdad de oportunidades y practique la redistribución eficaz es quizás el desafío más urgente que enfrenta América latina". Y hace hincapié en la necesidad de apostar por la calidad de la enseñanza y mayores inversiones en infraestructura para beneficiar a las regiones rezagadas y aumentar el acceso de los pobres a los servicios públicos. En este sentido, Guillermo Perry, economista jefe del BM para América latina, recordó que en países como la Argentina los segmentos más pobres de la población promedian 7 años de educación, mientras que en los ricos la media es de 13 años de escolarización. Las tasas de crecimiento económico aún están lejos de atacar el fenómeno de la pobreza. La desigualdad se refleja en el hecho de que el 10 por ciento más rico de los latinoamericanos recibe el 48 por ciento del ingreso total y el 10 por ciento más pobre, el 1,6 por ciento. El ratio entre esos extremos (30 a 1) ubica a la región como la más desigual del mundo, sólo superada por Africa subsahariana. Si la pobreza cayera un 10 por ciento en la región, el crecimiento económico aumentaría el 1 por ciento anual. Sería un "círculo virtuoso", pues ese crecimiento, a su vez, ayudaría a bajar la pobreza. Por el contrario, según el estudio, América latina está inmersa en un círculo vicioso, pues el alto nivel de pobreza y desigualdad está limitando el crecimiento económico, algo que a su vez no permite reducir la miseria. Es indudable que el mayor desafío para la región será revertir la situación paupérrima en la que viven millones de latinoamericanos. Para ello, habrá que concentrar los esfuerzos en sostener el crecimiento económico que se ha verificado en algunos países de la región, crear las condiciones para aquellos que no lo han alcanzado y establecer políticas sociales capaces de distribuir mejor la riqueza, de manera de volcar buena parte de los recursos en la lucha contra la pobreza.
Editorial del diario La Nación de Buenos Aires
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